El general de brigada Ramiro Fernando Muñoz Bonilla dejará la dirección del Instituto Nacional Penitenciario (INP) tras dos años de gestión. Aunque inicialmente se informó que la presidenta Xiomara Castro le solicitó la renuncia, el propio Muñoz aclaró que fue el general José Miguel Mejía Medina quien le notificó la decisión, y no la mandataria de forma directa.
Durante sus declaraciones este martes, Muñoz sostuvo que todos los funcionarios públicos están sujetos a cambios.
“Quien a usted lo pone lo quita cuando quiera, todos los funcionarios públicos trabajamos para alguien y cualquier momento podemos ser removidos”, expresó.
Respecto a su futuro en las Fuerzas Armadas, dijo que no se asigna solo y que esa es una decisión que corresponde al jefe del Estado Mayor Conjunto. También confirmó que el mando del INP pasará al general José Miguel Mejía Medina, a quien respaldó públicamente al afirmar que hará una mejor labor.
“Salgo del INP con el deber cumplido; mi general Medina Mejía hará un mejor trabajo”, señaló.
Durante su gestión, Muñoz impulsó reformas en gobernanza, control y seguridad en los centros penitenciarios. Bajo su mando, el INP implementó bloqueos de señal móvil, requisas masivas, refuerzo en videovigilancia, y logró una reducción de muertes violentas y fugas. Además, fortaleció el sistema de inspección e inteligencia, y creó la Unidad de Reacción Inmediata Penitenciaria (URIP).
Entre los proyectos de infraestructura destacan la construcción de módulos, cocinas, lavanderías, talleres productivos y aulas educativas en varias cárceles del país. También promovió el programa de Rehabilitación, Reeducación y Reinserción (3Rs), formación técnica, actividades culturales y el lanzamiento de la marca penitenciaria, junto a iniciativas como la orquesta musical “La Libertad”.
Muñoz recordó que su permanencia en el cargo inicialmente estaba prevista para un año, pero se extendió por dos. Más allá del tiempo cumplido, insistió en que su gestión fue íntegra.
“Estoy satisfecho con el trabajo que he hecho… Soy un general de la República… Este es un cargo político, nunca debí estar aquí, porque no es un cargo militar”.
El general también rechazó cualquier señalamiento de vínculos con estructuras criminales.
“Yo no tengo ningún trato, nada que ver con narcotraficantes, ni con mareros, ni con pandilleros”, declaró.
Además, sostuvo que su actuación se rige por la ley:
“No estoy para seguirle a nadie una orden ilegal. Si está correcta, es conmigo. Si no, es más, no me la pida”.
Al ser consultado sobre supuestas inconformidades internas, respondió con firmeza:
“¿Cuál descontento? Conmigo no puede estar descontento un subalterno. Y si está descontento que vea qué hace”.
La salida de Ramiro Muñoz marca el fin de una etapa en la dirección del INP, en un contexto donde la gestión penitenciaria enfrenta retos significativos en materia de seguridad y rehabilitación. Con la llegada del general José Miguel Mejía Medina, se esperan nuevas estrategias para continuar fortaleciendo el sistema y mejorar las condiciones en los centros penales del país.