A medida que 2024 llega a su fin, el Congreso Nacional se encuentra sumido en un panorama incierto y sin consenso en torno al presupuesto general de la República para el próximo año. A pesar de los esfuerzos, las negociaciones entre las distintas bancadas no han logrado concretarse, lo que deja a la administración pública en una situación de incertidumbre para el inicio del nuevo ejercicio fiscal.
El principal obstáculo que ha enfrentado el Congreso para aprobar el presupuesto es la falta de acuerdo entre los partidos políticos. En particular, las divisiones entre los bloques opositores han complicado las discusiones, ya que cada sector político tiene intereses y prioridades diferentes en cuanto a la asignación de recursos. Mientras algunos piden un mayor enfoque en áreas sociales como educación y salud, otros defienden la necesidad de destinar más fondos a la inversión en infraestructura y seguridad.
Además, las acusaciones mutuas de falta de diálogo y transparencia han aumentado la tensión entre los diferentes actores políticos, dificultando cualquier intento de consenso. El gobierno, por su parte, ha expresado su preocupación por el impacto que esta falta de acuerdo podría tener en el funcionamiento de los programas y políticas públicas a partir del 1 de enero de 2025.
Sin un presupuesto aprobado, el gobierno se vería obligado a recurrir a los recursos disponibles de los años anteriores, lo que podría limitar la capacidad de financiar nuevos proyectos o de ajustar el gasto según las prioridades emergentes. Esto podría afectar el desarrollo de programas sociales clave, como la educación, la salud y la seguridad social, además de poner en riesgo la ejecución de inversiones públicas planeadas para el próximo año.
Con el año 2024 a punto de concluir y el panorama legislativo todavía sin resolver, los analistas advierten que el país podría enfrentar un 2025 marcado por la incertidumbre económica. La falta de un presupuesto aprobado podría generar desconfianza en los inversionistas y complicar la planificación financiera.
Los llamados a la unidad y al diálogo han sido constantes, pero el desgaste político y la polarización siguen siendo barreras difíciles de superar. Ante este escenario, se prevé que el gobierno deba intensificar sus esfuerzos para encontrar una solución antes de que concluya el año, y evitar así que la situación derive en una crisis.