El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue recibido con honores y ceremonias oficiales en el Castillo de Windsor, en su segunda visita de Estado al país, acompañado por la primera dama, Melania Trump.
La bienvenida incluyó un recorrido en carruajes junto al rey Carlos III y la reina Camila, seguido de un almuerzo en el Salón de Estado. Trump también depositó una ofrenda floral en la tumba de la reina Isabel II, mientras que el príncipe William y Catherine, princesa de Gales, sostuvieron un encuentro privado con la pareja presidencial, descrito por una fuente real como “cálido y amistoso”.
Los actos oficiales contaron con honores militares, la interpretación de los himnos nacionales de Estados Unidos y del Reino Unido, y la revista a la guardia de honor por parte de Trump y el monarca. La jornada culminó con un sobrevuelo de los Red Arrows, el equipo acrobático de la Real Fuerza Aérea, luego de que se cancelara un desfile aéreo conjunto de aviones F-35 debido a condiciones climáticas.

Jasmine El-Gamal, ex asesora del Pentágono, señaló que la visita “podría ser una oportunidad para que el primer ministro, Keir Starmer, mejore su imagen después de semanas difíciles”. Según la experta, Trump “no intenta amonestarlo. Intenta hacerlo sentir importante y poderoso, que es lo que al presidente Trump le gusta sentir”, y añadió que esta dinámica ha producido resultados para el Reino Unido en aranceles, inteligencia artificial y tecnología.
El-Gamal destacó que la relación positiva entre Starmer y Trump podría permitir al primer ministro mostrar logros concretos mediante acuerdos que generen empleo, pero advirtió que la popularidad de Trump entre sectores de derecha y ultraderecha podría complicar la situación en un país donde el debate inmigratorio sigue siendo intenso. “Me pareció realmente fascinante ver cómo en los próximos días la visita del presidente incide en las tensiones en el Reino Unido”, afirmó.
La jornada combinó protocolo, ceremonias oficiales y encuentros privados, reafirmando la relevancia de la relación bilateral entre Estados Unidos y Reino Unido, mientras Londres fue testigo de manifestaciones tanto de apoyo como de protesta.
