El presidente estadounidense, Donald Trump, sorprendió al plantear que las denominadas “ciudades peligrosas” del país podrían convertirse en campos de entrenamiento para las Fuerzas Armadas, en el marco de un discurso cargado de llamados a recuperar una “ética guerrera” y frenar las políticas de diversidad en el Ejército.
Durante una reunión con alrededor de 800 altos mandos militares en la base de la Infantería de Marina en Quantico, Virginia, Trump afirmó que Estados Unidos enfrenta una “invasión desde dentro”, a la que calificó de más difícil de combatir que una amenaza extranjera. En ese contexto, justificó la idea de utilizar urbes conflictivas para ejercicios militares.
El mandatario defendió además el despliegue de tropas en ciudades como Portland, Washington, Los Ángeles y Memphis, en respuesta a protestas contra arrestos migratorios. Su gobierno, que ya había declarado al grupo Antifa como organización terrorista, enmarca estas medidas en una ofensiva contra lo que considera ataques de la “izquierda radical”.
Otra de las propuestas polémicas de Trump fue la posibilidad de resucitar los antiguos acorazados, buques de guerra que quedaron en desuso tras la Segunda Guerra Mundial. El presidente señaló que los astilleros estadounidenses deberían pensar en su construcción pese al alto costo y a la vulnerabilidad de estas embarcaciones en el escenario militar actual.
El secretario de Guerra, Pete Hegseth, reforzó el mensaje presidencial asegurando que bajo su gestión terminará lo que llamó la era del “departamento woke”. El funcionario dijo que se eliminan las oficinas de diversidad e inclusión, los programas de equidad de género y la “obsesión por el cambio climático”, para dar paso a un Ejército centrado en el “más alto estándar masculino”.
Hegseth también anunció nuevas directrices internas que incluyen pruebas físicas obligatorias para todos los rangos, controles de peso y medidas estrictas sobre la apariencia personal. Entre ellas, prohibiciones a barbas, cabello largo y lo que calificó como “expresiones superficiales e individuales”. Con ello, advirtió que ya no serán aceptables generales “gordos y descuidados”, ni mujeres que no cumplan con las mismas exigencias físicas que los hombres en combate.