La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) ha revisado al alza su pronóstico de demanda mundial de crudo para 2026, estimando que se alcanzará un promedio de 106,52 millones de barriles diarios (mbd), lo que representa un incremento de 100,000 barriles diarios respecto a las previsiones previas. Este ajuste en la previsión se produce tras un análisis positivo de la evolución del mercado global y la expectativa de un crecimiento económico sostenido.
Sin embargo, la organización ha mantenido su previsión para 2025 en 105,14 mbd, destacando un crecimiento interanual de 1,38 mbd respecto a 2024. La OPEP también señaló que se anticipa un aumento en la demanda de combustibles para calefacción en el hemisferio norte debido a la temporada invernal, aunque advirtió que estos cálculos están sujetos a la incertidumbre meteorológica.
La revisión al alza de la demanda para 2026 se enmarca dentro de una previsión global de crecimiento económico, que la OPEP proyecta en un 3,0% para 2025 y en un 3,1% para 2026, respaldada por un buen desempeño de economías clave como EE. UU., la Eurozona y China.
En cuanto a la producción, la OPEP+ (que incluye a la OPEP y a países no miembros como Rusia) decidió aumentar el bombeo de crudo en 547,000 barriles diarios a partir de septiembre de 2025, recuperando 2,2 millones de barriles diarios que habían sido recortados en 2023. A pesar de las preocupaciones sobre un posible exceso de oferta, la organización mantiene que el mercado puede absorber la mayor cantidad de crudo debido al impulso de la economía global.
La competencia de los suministros de crudo fuera de la OPEP, especialmente de países como EE. UU., Brasil y Canadá, sigue siendo una preocupación, con un aumento proyectado de la producción de «oferta rival» que alcanzará los 54,74 mbd en 2026. A pesar de ello, la OPEP sigue confiando en que sus decisiones de aumentar la producción no afectarán negativamente los precios del barril de crudo.
La OPEP continúa vigilando de cerca las dinámicas del mercado y ajustando sus políticas de producción en un contexto global marcado por la incertidumbre económica y los cambios en las políticas energéticas internacionales. (EFE)