Por Edgardo Mejia
El maltrato a menores es un delito tipificado en el Código Penal vigente y en el Código de la Niñez y Adolescencia de la República de Honduras. Además, la violencia física y psicológica contra los niños transgrede las convenciones internacionales de las que nuestro país es partícipe y signatario.
Existen signos y parámetros que, como vecinos, parientes y amigos, podemos observar para convertirnos en veedores de la dignidad e integridad de nuestros niños y niñas. Esta semana, nuestro rotativo digital se proyecta a favor del futuro de Honduras, compartiendo consejos básicos pero valiosos para la prevención del maltrato infantil.
Signos físicos:
Moretones, cortes, quemaduras o fracturas inexplicables o que no concuerdan con la explicación dada.
Marcas de mordidas, manos o cinturones.
Cambios repentinos en el estado físico del niño, como pérdida de peso o fatiga constante.
Falta de higiene evidente (mal olor corporal, ropa sucia o inadecuada para el clima).
Enfermedades no tratadas o atención médica deficiente.
Signos emocionales y psicológicos:
Ansiedad, depresión, retraimiento o miedo excesivo hacia ciertos adultos.
Baja autoestima o sentimientos de inutilidad.
Comportamientos autolesivos (cortarse, golpearse, etc.).
Dificultad para establecer vínculos afectivos o sociales.
Regresión en conductas (mojar la cama, chuparse el dedo, etc.).
Signos conductuales:
Cambios bruscos en el comportamiento (agresividad, hiperactividad, pasividad extrema).
Problemas de sueño o pesadillas frecuentes.
Desempeño escolar deficiente o pérdida de interés por la escuela.
Actitudes sexuales inapropiadas para su edad.
Fugas del hogar frecuentes.
Recuerde siempre que la niñez hondureña es el futuro de nuestro país, y que sus derechos y libertades están protegidos por la legislación nacional e internacional, en los ámbitos físico, psicológico y patrimonial.