Por Edgardo Mejía, experto en seguridad ciudadana
La Semana Santa es una época de descanso y actividades en familia, donde los niños se convierten en los protagonistas. Sin embargo, también son los más vulnerables debido a su edad, inocencia y falta de conciencia del peligro. Por ello, es fundamental que los adultos asuman la responsabilidad de su cuidado, tomando medidas de prevención y seguridad que garanticen una experiencia agradable y sin riesgos.
En los hoteles, es importante que los menores siempre estén acompañados por un adulto responsable. Algunos establecimientos incluso restringen el ingreso a niños que no estén con sus padres o tutores legales. Además, muchos hoteles han reforzado sus protocolos y colaboran con las autoridades para denunciar cualquier actividad sospechosa relacionada con la explotación sexual de menores, por lo que la vigilancia y la prudencia deben ser constantes.
Dentro de las habitaciones, se deben tomar precauciones para evitar accidentes. La cuna del bebé no debe colocarse cerca de cables eléctricos, lámparas, televisores u objetos que puedan caer. Es recomendable revisar el suelo para detectar cualquier elemento pequeño que pueda provocar asfixia o intoxicación. Asimismo, los cables de teléfono o televisión, las lámparas de lectura y los cajones accesibles deben mantenerse fuera del alcance de los menores.
En la playa o la piscina, las medidas de seguridad deben extremarse. Nunca se debe dejar a un niño sin supervisión, ni siquiera por unos minutos. Las actividades acuáticas deben estar adaptadas a la edad y habilidades del menor, y siempre se debe evitar que se lancen de cabeza en aguas con menos de 1.80 metros de profundidad. Los menores de cinco años deben estar acompañados en todo momento, y se recomienda el uso de chalecos salvavidas en lugar de flotadores inflables. Además, los adultos deben evitar distracciones como el uso del celular.
Si en la familia hay niños con retos especiales, es recomendable hacer un ensayo del viaje, informar a la aerolínea o empresa de transporte sobre sus necesidades y planificar el equipaje estratégicamente, permitiendo que cada niño lleve una pequeña mochila como artículo personal. Investigar las atracciones en la ruta también puede ayudar a anticipar mejor el recorrido.
Recordemos que la seguridad personal y familiar recae sobre los adultos. La inocencia y falta de madurez de los menores no debe subestimarse. Lugares como aeropuertos, terminales y rutas de viaje deben ser escenarios seguros y agradables para ellos. Con planificación, atención y amor, las vacaciones pueden ser inolvidables por las mejores razones.