Cápsula de seguridad.
Por Edgardo Mejía, experto en seguridad ciudadana
Las elecciones en un país, según la ciencia política contemporánea, son un ejercicio de soberanía, civismo, patriotismo e identidad nacional. El proceso eleccionario del 9 de marzo de 2025 estuvo marcado por palabras como boicot, desorganización, fraude, desorden y caos. Sin embargo, los hondureños demostramos el estoicismo del que somos capaces, votando masivamente hasta altas horas de la noche. Hoy le ofrecemos a nuestra noble población las herramientas tecnológicas que podrían brindarnos esa paz social que garantiza el fortalecimiento de la institucionalidad y la gobernabilidad.
El uso de drones en el monitoreo de flotas vehiculares ofrece múltiples ventajas. En primer lugar, permite una supervisión eficiente y rápida, ya que los drones pueden cubrir grandes áreas en poco tiempo, reduciendo la necesidad de inspecciones manuales y optimizando la gestión de la flota. Además, facilitan el monitoreo en tiempo real mediante la transmisión de video en vivo, lo que permite conocer el estado y la ubicación de los vehículos de manera instantánea. También incrementan la seguridad y previenen robos al detectar actividades sospechosas, actos de vandalismo o robo de vehículos y carga.
Asimismo, los drones ayudan a optimizar rutas y tráfico al analizar las condiciones del camino y recomendar trayectos más eficientes para evitar retrasos. Con cámaras de alta resolución y sensores térmicos, es posible identificar problemas mecánicos o daños en los vehículos antes de que se conviertan en fallas graves. Esto, a su vez, reduce los costos operativos al minimizar la necesidad de patrullajes terrestres y el gasto en combustible y personal. Además, al sustituir vehículos de supervisión terrestre, se disminuye el consumo de combustible y la emisión de gases contaminantes. No obstante, su implementación enfrenta desafíos como las regulaciones aéreas, las condiciones climáticas adversas y las limitaciones en la autonomía de vuelo y carga útil.

El uso de GPS enlazado a una central para el control de una flota vehicular también presenta múltiples ventajas clave. Permite la localización en tiempo real, mejorando la gestión y seguridad de la flota al conocer la ubicación exacta de cada vehículo. Asimismo, optimiza las rutas y reduce costos al seleccionar trayectos más eficientes, lo que disminuye el consumo de combustible y los tiempos de entrega. En términos de seguridad, facilita el rastreo y la recuperación de vehículos robados o usados sin autorización, además de establecer geocercas para alertar si un vehículo sale de su ruta establecida. El GPS también permite monitorear tiempos y productividad, controlando horarios de salida y llegada para asegurar el cumplimiento de los tiempos de entrega y servicio. Al registrar el kilometraje y el uso del vehículo, posibilita la programación de mantenimientos preventivos, lo que reduce averías y mejora la eficiencia operativa. Además, genera reportes y análisis de datos sobre el rendimiento de los vehículos y hábitos de conducción, como la velocidad y las frenadas bruscas.
Al optimizar rutas y reducir tiempos de inactividad, también se minimizan las emisiones de CO₂. Sin embargo, esta tecnología requiere una inversión inicial en equipos y capacitación, y puede verse afectada por la dependencia de la señal GPS en zonas con cobertura limitada.
En conclusión, el uso de drones, sistemas de posicionamiento global (GPS) y centrales de monitoreo en el cuidado de flotas vehiculares es fundamental para mejorar la eficiencia operativa, la seguridad y la gestión logística. Pero, sobre todo, es clave para demostrar rectitud, seriedad, responsabilidad y transparencia en procesos de seguridad públicos y privados.