Vancouver vivió uno de los episodios más trágicos de su historia reciente tras un atropello masivo ocurrido durante el festival Lapu Lapu, una celebración de la herencia filipina que reunió a cientos de personas en una calle cerrada al tráfico. Al menos 11 personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un vehículo embistió a la multitud.
El incidente tuvo lugar la noche del sábado, cuando un hombre de 30 años, identificado como Kai-Ji Adam Lo, irrumpió con su vehículo Audi SUV en una zona peatonal ubicada cerca de la avenida 43 Este y la calle Fraser. Lo fue arrestado en el lugar y permanece bajo custodia policial, enfrentando inicialmente ocho cargos por homicidio en segundo grado.
Las víctimas fatales tenían entre 5 y 65 años. Entre los heridos se encuentran hombres, mujeres y jóvenes, algunos de los cuales permanecen en estado crítico.
El jefe interino de la policía de Vancouver, Steve Rai, informó que el sospechoso tiene antecedentes de salud mental y un historial de interacciones con la policía y profesionales sanitarios. “Todo indica que la salud mental fue el problema subyacente que derivó en esta tragedia”, señaló Rai. También aclaró que no hay evidencia de que se tratara de un acto terrorista ni de que existiera alguna amenaza contra la comunidad filipina o el festival.
El evento fue descrito como “el día más aciago en la historia de la ciudad” por las autoridades, que hicieron un llamado a la población para colaborar con información que ayude a esclarecer los hechos. La policía continúa investigando el caso como un ataque masivo, mientras no se descarta que la cifra de fallecidos pueda aumentar.
La respuesta ciudadana fue inmediata. Durante el domingo, se organizaron vigilias en distintos puntos de la ciudad para rendir homenaje a las víctimas. Cientos de personas se reunieron en silencio, con velas y flores, mostrando solidaridad con las familias afectadas y con la comunidad filipino-canadiense.
El primer ministro Mark Carney, quien suspendió sus actividades de campaña electoral, viajó a Vancouver para rendir tributo a las víctimas y expresar sus condolencias. “Estamos de luto con ustedes. Acompañamos a las familias en esta pesadilla, y nos uniremos para sanar como comunidad”, dijo en un emotivo mensaje desde una iglesia local.
Carney agradeció además a los equipos de emergencia por su rápida actuación y aseguró que no existen amenazas actuales contra la población.
Desde Ontario, el líder del Partido Conservador, Pierre Poilievre, también se pronunció: “Todo Canadá está conmovido. Lamentamos profundamente la pérdida de vidas en este acto de violencia sin sentido. Nos solidarizamos con la comunidad filipina en su dolor”.
La tragedia se produce apenas unas horas antes de que se celebraran las elecciones federales, lo que ha generado cuestionamientos sobre las medidas de seguridad en eventos públicos. El alcalde de Vancouver, Ken Sim, anunció una investigación para revisar los protocolos implementados durante el festival.