La Corte Suprema de Brasil condenó al expresidente Jair Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión por conspiración para derrocar el orden democrático tras su derrota en las elecciones de 2022. La decisión fue emitida por la Primera Sala del Supremo Tribunal Federal (STF) con una mayoría de cuatro votos contra uno, siendo el voto decisivo del presidente de la sala, Cristiano Zanin, ex abogado del actual mandatario Luiz Inácio Lula da Silva.
El fallo del STF también incluyó a otros siete ex colaboradores de Bolsonaro, entre ellos antiguos ministros y jefes militares, quienes fueron considerados parte de una organización criminal armada destinada a mantenerlo en el poder por cualquier medio. La sentencia determinó que Bolsonaro intentó impedir la investidura de Lula da Silva tras perder las elecciones, atentando contra la democracia brasileña.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha mantenido una relación cercana con Bolsonaro, se pronunció inmediatamente tras conocerse la sentencia.
“Pensé que fue un buen presidente de Brasil, y me resulta muy sorprendente que eso pueda suceder. Eso es muy parecido a lo que intentaron hacer conmigo, pero no lo consiguieron en absoluto”, declaró Trump ante periodistas al ser consultado sobre la decisión judicial. Y añadió: “Era un buen hombre”.
El caso ha generado atención internacional y debate sobre la responsabilidad de los líderes políticos en la defensa de los procesos democráticos. Desde Brasil, el Gobierno reafirmó su compromiso con la ley y la protección del sistema democrático, asegurando que no se dejará influir por presiones externas. Analistas señalan que la condena de Bolsonaro marca un precedente histórico sobre la rendición de cuentas de mandatarios y sus colaboradores en casos de intentos de subvertir la democracia.
