Una marea humana de fieles católicos se ha volcado en los últimos días a la Plaza de San Pedro para rendir homenaje al Papa Francisco, cuyo féretro fue colocado este miércoles en el Altar de la Confesión de la Basílica de San Pedro. El pontífice, quien falleció el pasado lunes a los 88 años tras sufrir un derrame cerebral y un paro cardíaco, fue despedido con emotivas muestras de devoción y recogimiento.
Desde tempranas horas, miles de personas procedentes de distintas partes del mundo hicieron largas filas para presentar sus respetos. El Vaticano ha extendido el horario de acceso a la basílica más allá de la medianoche para permitir que la multitud pueda despedirse del Papa, quien será recordado por su sencillez, su enfoque progresista y su cercanía con los más necesitados.
El funeral se celebrará este sábado 26 de abril a las 10:00 a.m., y se prevé la presencia de más de 200,000 personas, entre ellas líderes mundiales como el presidente de Estados Unidos, Donald Trump; el presidente de Francia, Emmanuel Macron; el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski; y los reyes de España. Se ha desplegado un amplio operativo de seguridad con más de 4,000 agentes y una zona de exclusión aérea para garantizar la seguridad del evento.
Fiel a su deseo de humildad, Francisco no será sepultado en la cripta papal de la Basílica de San Pedro, como dicta la tradición, sino en la Basílica de Santa María la Mayor, un lugar de gran valor espiritual para él. “En la tierra, de forma sencilla, sin decoraciones particulares”, había solicitado en vida.
Mientras la Iglesia Católica, con más de 1,400 millones de fieles, se prepara para iniciar el cónclave el próximo 6 de mayo, el legado del Papa Francisco permanece vivo en los corazones de quienes lo vieron como un faro de fe, justicia y compasión.
El mundo despide a un líder que transformó la figura papal con humanidad y valentía, dejando huellas profundas que trascenderán generaciones.
