El mundo se encontraba en vilo ante una posible respuesta de Irán, después de que el presidente estadounidense Donald Trump afirmara que Estados Unidos había “arrasado” las instalaciones nucleares más sensibles de Teherán, en lo que se considera la mayor acción militar occidental contra la república islámica desde su revolución de 1979.
La respuesta de Irán llegó en las primeras horas de este día: el país persa realizó un ataque coordinado contra todas las bases estadounidenses en la región, incluida la estratégica base aérea de Al Udeid, en Catar. Mientras explotan tensiones en el Golfo y se cierran espacios aéreos, Israel intensifica su ofensiva sobre Teherán y el mundo observa con alarma una guerra regional que ya impacta los mercados y la seguridad global.
Estados Unidos ejecutó el pasado fin de semana un ataque en conjunto con Israel, que dejó daños visibles desde el espacio, tras el impacto de bombas de 30,000 libras sobre la montaña que protege el sitio nuclear de Fordow. Teherán respondió con una nueva andanada de misiles contra Israel, que dejó decenas de heridos y destruyó varios edificios en Tel Aviv.
En medio de esta escalada, la operación Martillo de Medianoche fue desplegada y tuvo como blanco los tres principales emplazamientos nucleares de Irán, en lo que se considera la mayor operación jamás realizada por bombarderos furtivos B-2.
Esta misión también se convirtió en la segunda operación más larga en la historia de estos bombarderos, solo superada por las llevadas a cabo tras los atentados del 11 de septiembre de 2001. Fuentes militares estadounidenses revelaron detalles de la operación apenas un día después del ataque.
Las evaluaciones iniciales de los daños en combate indicaban que los tres emplazamientos atacados sufrieron daños y destrucción extremadamente graves. Sin embargo, se negaron a especular sobre si alguna capacidad nuclear iraní podría seguir intacta.
Las imágenes satelitales muestran seis agujeros por donde, al parecer, penetraron las bombas de penetración de búnker en la montaña, seguidos de un terreno removido y cubierto de polvo. Teherán volvió a responder con una nueva andanada de misiles contra Israel, dejando decenas de heridos y más destrucción en Tel Aviv.
La tensión sigue en aumento, con Irán prometiendo defenderse “a toda costa”. Aunque aún no está clara la magnitud total de los daños, el ataque representa un punto de inflexión en el enfrentamiento entre Washington y Teherán, dejando a la comunidad internacional en vilo ante una posible escalada regional.