Donald Trump, quien superó juicios políticos, acusaciones criminales y un intento de asesinato para ganar otro mandato en la Casa Blanca, fue juramentado este lunes como el 47 presidente de Estados Unidos, tomando el relevo mientras los republicanos ejercen el control unificado de Washington y se disponen a remodelar las instituciones del país.
Trump actuará rápidamente después de la ceremonia, con decretos ya preparados para su firma para impulsar las deportaciones, aumentar el desarrollo de combustibles fósiles y terminar con los programas de diversidad e inclusión en todo el gobierno federal.
Planea declarar el comienzo de “una nueva era emocionante de éxito nacional” ya que “una marea de cambio está barriendo el país”, según extractos de su discurso inaugural.
Las órdenes ejecutivas son el primer paso en lo que Trump llamará “la restauración completa de Estados Unidos y la revolución del sentido común”.
La toma de posesión se trasladó al interior, a la Rotonda del Capitolio — la primera vez que esto ocurre en 40 años — y el desfile inaugural fue reemplazado por un evento en un estadio. Las multitudes de seguidores de Trump que descendieron a la ciudad para ver la ceremonia inaugural en el Frente Oeste del Capitolio desde el National Mall tendrán que buscar otro lugar para ver las festividades.
Un grupo de multimillonarios y titanes tecnológicos — incluidos Mark Zuckerberg, Jeff Bezos, Tim Cook y Sundar Pichai — recibieron posiciones prominentes en la Rotonda del Capitolio, mezclados con el equipo entrante de Trump antes de que comenzara la ceremonia. También estaba Elon Musk, el hombre más rico del mundo, quien ha sido designado para dirigir un esfuerzo para reducir el gasto y la nómina federales.
Trump comenzó el día con un servicio de oración en la Iglesia Episcopal de St. John. Él y su esposa, Melania, fueron recibidos más tarde en el Pórtico Norte de la mansión ejecutiva por el presidente saliente Joe Biden y la primera dama Jill Biden para la recepción habitual de té y café. Fue un marcado contraste con hace cuatro años, cuando Trump se negó a reconocer la victoria de Biden o asistir a su inauguración.
“Bienvenido a casa”, dijo Biden a Trump después de que el presidente electo bajara del coche. Los dos presidentes, que han pasado años atacando públicamente, compartieron una limusina en el camino al Capitolio.
La ceremonia continuó desarrollándose y Trump prestó juramento con la mano derecha en alto y la izquierda sobre las mismas dos biblias que utilizó en su primera toma de posesión en 2017: su biblia personal y la del expresidente Abraham Lincoln.
Los ejemplares fueron sostenidos por la primera dama, Melania Trump, mientras que el presidente del Tribunal Supremo, el juez John Roberts, le tomó juramento.
Yo, Donald John Trump, juro solemnemente que desempeñaré fielmente el cargo de presidente de Estados Unidos y que, en la medida de mis habilidades, preservaré, protegeré y defenderé la Constitución de Estados Unidos”
“, declaró Trump.
Una vez que terminó de pronunciar esas palabras, una salva de cañones resonó en el Capitolio, seguida por el sonido de Salve al Jefe, el himno personal del presidente de los Estados Unidos.
Con 78 años, Trump se convierte en el presidente de mayor edad en la historia del país al tomar posesión. Su predecesor, Joe Biden, asumió el cargo con 78 años y 61 días.
El nuevo mandatario juramentó ante las 750 personas presentes en las sillas dispuestas en la rotonda del Capitolio, ubicada justo debajo de la cúpula del edificio y que es un espacio de gran valor simbólico por unir el Senado y la Cámara de Representantes.
La cifra de asistentes es menor en comparación con las 1.600 personas que suelen congregarse en las escalinatas del Capitolio, el escenario tradicional de las investiduras, donde cientos de miles de ciudadanos pueden presenciar el acto y el discurso inaugural en la explanada del National Mall.
Esta vez, sus seguidores siguen la ceremonia de investidura a través de pantallas gigantes en el estadio Capital One Arena, con capacidad para 20.000 personas.
Tras prestar juramento, Trump pronunció su discurso inaugural, en el que delineó su visión para los próximos cuatro años. Sus palabras fueron comparadas con su controvertido mensaje de 2017, cuando presentó una visión sombría del país y prometió acabar con la “carnicería estadounidense”.
Por primera vez, la ceremonia de investidura contó con la presencia de líderes extranjeros, entre ellos varios referentes de la derecha latinoamericana como el presidente de El Salvador, Nayib Bukele; el de Ecuador, Daniel Noboa; y el de Argentina, Javier Milei.
También asistió el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, a quien Estados Unidos reconoce como “presidente electo” de Venezuela.
Entre los invitados también destacan varios magnates tecnológicos, como Elon Musk, quien se ha convertido en un estrecho aliado de Trump
aquí algunas fotografías del evento:




