La crisis entre el Consejo Nacional Electoral (CNE) y las Fuerzas Armadas de Honduras (FF. AA.) se profundizó este viernes tras un tenso intercambio entre la presidenta del CNE, Cossette López, y el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Roosevelt Hernández, durante una reunión entre ambas instituciones. López denunció que fue víctima de intimidación y agresión verbal por parte del alto oficial, lo que ha generado múltiples reacciones en el ámbito político y social.
Según López, el general Hernández irrumpió en la reunión sin esperar a que el pleno estuviera reunido, interrumpiéndola y elevando el tono de voz en su contra. La presidenta del CNE afirmó que se sintió intimidada por la actitud del militar y la presencia de varios uniformados armados, lo que la llevó a suspender la sesión, argumentando que no se sentía segura. También aseguró que el general le gritó que ella “no era su superior”.
Por su parte, el general Hernández negó haberla agredido verbalmente y defendió la postura de las Fuerzas Armadas, asegurando que han actuado con honor y que cualquier responsabilidad sobre lo ocurrido en las elecciones primarias debe ser determinada por el Ministerio Público.
En una conferencia posterior, Hernández exigió públicamente que Cossette López eliminara una publicación en su cuenta de X, en la que escribió:
“Fingiendo una subordinación que nunca ha existido y siguiendo con una coordinación que nunca ha dejado de existir, hoy el alto mando de las Fuerzas Armadas se reunió con un expresidente y una candidata y decidieron sustituir los informes que ya existían, donde se señalaban responsables militares, por nuevas versiones donde se señala solo al CNE por lo del 9 de marzo. Dejo constancia y que lo sepa todo el pueblo hondureño.”
El incidente ha provocado una ola de reacciones tanto a nivel nacional como internacional. La congresista estadounidense María Elvira Salazar expresó su preocupación por lo sucedido y calificó la actitud del general como un acto de violencia e intimidación que afecta la democracia hondureña.
En el ámbito político hondureño, el Partido Nacional condenó enérgicamente la acción de Hernández, considerándola una forma de intimidación contra López y la consejera Ana Paola Hall. Su virtual candidato presidencial, Nasry Asfura, también manifestó su rechazo. El Partido Liberal exigió que el general Hernández se someta a la Constitución y a la Ley Electoral, advirtiendo que estas acciones generan incertidumbre en el proceso electoral.
El candidato presidencial, Salvador Nasralla, acusó a las Fuerzas Armadas de violar la Constitución y señaló que el Partido Libre busca evitar que se conozcan los resultados de las elecciones primarias. Por su parte, el exministro de Transparencia, Edmundo Orellana, calificó como preocupante que el jefe del Estado Mayor se presentara de manera desafiante en una reunión institucional.
Mientras tanto, varias figuras políticas afines al gobierno han cuestionado la denuncia de López. El director de Migración, Wilson Paz, sugirió que la consejera busca generar caos con sus declaraciones. La diputada Iroshka Elvir criticó al general Hernández, acusándolo de actuar como “peón del familión”, mientras que el consejero del CNE, Marlon Ochoa, afirmó que el Partido Nacional intenta desprestigiar tanto al CNE como a las Fuerzas Armadas.
El jefe del Estado Mayor Conjunto reafirmó que la institución castrense garantizará la transparencia y seguridad de las elecciones generales.
“Estamos claros en que actuamos con honor, y si hay un responsable, no es la institución, sino que el Ministerio Público debe determinarlo”, declaró.
Este enfrentamiento ocurre en un momento de alta tensión política tras las elecciones primarias del 9 de marzo, en las que se han denunciado diversas irregularidades. Mientras algunos sectores exigen mayor claridad en el proceso, otros advierten sobre el impacto de estos conflictos en la confianza ciudadana. A medida que se acercan las elecciones generales, la confrontación entre el CNE y las Fuerzas Armadas podría tener repercusiones en la estabilidad del país.