El dengue vuelve a encender las alarmas en el país. En lo que va de 2025, Honduras ha registrado 7,581 casos sospechosos y 110 confirmados por laboratorio, según la Secretaría de Salud. El virus, que estaba bajo control tras la emergencia del año pasado, ha retomado fuerza y ya ha cobrado cuatro vidas, tres de ellas menores de edad.
Autoridades sanitarias advierten que, aunque el mayor número de contagios se concentra en personas de entre 20 y 39 años, son los niños y niñas quienes están desarrollando las formas más graves de la enfermedad. La circulación del serotipo DEN-3, uno de los más agresivos, ha complicado la situación clínica de muchos pacientes y elevado el riesgo de mortalidad, especialmente en quienes ya tuvieron dengue anteriormente.
Sigris Romero, coordinadora del punto focal de dengue de la Unidad de Vigilancia, lamentó que la mayoría de los fallecimientos corresponda a menores, mientras que el doctor Lorenzo Pavón, jefe de vigilancia sanitaria, hizo un llamado a la población para no subestimar síntomas como fiebre alta, sarpullido, vómitos o malestar general. “El diagnóstico a tiempo puede salvar vidas”, recalcó.
El escenario actual evoca la crisis de 2024, cuando el país enfrentó más de 110 mil casos sospechosos y 147 muertes. En ese período, el 42 % de los afectados eran niños y adolescentes, una tendencia que podría repetirse si no se refuerzan las medidas de prevención.
Tegucigalpa, San Pedro Sula, Cortés, Comayagua y Santa Bárbara figuran entre las zonas con mayor incidencia. Las autoridades han intensificado las acciones en campo, pero insisten en que la prevención desde los hogares sigue siendo crucial: eliminar criaderos de zancudos, mantener limpias las áreas comunes y proteger los recipientes con agua son medidas esenciales para cortar la cadena de transmisión.