La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, emprendió viaje este miércoles hacia la Ciudad del Vaticano para asistir al funeral del papa Francisco, quien falleció el pasado lunes a los 88 años. La ceremonia fúnebre, que reunirá a líderes de todo el mundo, se celebrará este sábado en la emblemática Plaza San Pedro.
El canciller Eduardo Enrique Reina confirmó el desplazamiento de la mandataria a través de un mensaje publicado en la red social X, donde destacó que el viaje se realiza «en representación del pueblo hondureño”. Reina señaló que la asistencia de Castro tiene como propósito rendir homenaje al sumo pontífice, resaltando su legado espiritual, social y humano, así como el impacto histórico de haber sido el primer papa de origen latinoamericano.
La presidenta no viaja sola. La acompañan su hijo y secretario privado, Héctor Zelaya, y el propio canciller Eduardo Enrique Reina, quienes también estarán presentes durante las ceremonias protocolares y religiosas que se llevarán a cabo en el Vaticano. La delegación hondureña se suma así a la larga lista de representantes internacionales que rendirán tributo a Francisco, cuyo pontificado marcó una época de apertura y diálogo dentro de la Iglesia católica.
Entre los dignatarios que han confirmado su presencia figuran los presidentes Donald Trump, de Estados Unidos, y Emmanuel Macron, de Francia, así como varios mandatarios latinoamericanos. También se espera la asistencia de los reyes de España y del príncipe Guillermo de Gales, lo que refleja la relevancia mundial del papa Francisco y el profundo respeto que inspiró entre líderes políticos y religiosos por igual.
Como parte de los actos fúnebres previos al sepelio, el cardenal camarlengo Kevin Joseph Farrell presidirá este viernes el rito del cierre del féretro en la basílica de San Pedro. Luego, en cumplimiento del deseo del pontífice, sus restos serán trasladados y sepultados en la basílica de Santa María la Mayor, uno de los templos más antiguos y simbólicos de Roma. Este último gesto refleja el apego del papa Francisco a la sencillez y su cercanía con el pueblo, valores que marcaron su papado desde el inicio.