El gobierno de Estados Unidos anunció la aplicación de restricciones de visas a ciudadanos centroamericanos que tengan vínculos con el Partido Comunista de China. La medida incluye también a los familiares directos de las personas señaladas y busca limitar la influencia de Pekín en la región.
De acuerdo con el Departamento de Estado, las sanciones están dirigidas a quienes actúen en nombre del partido chino o lleven a cabo acciones que atenten contra el Estado de derecho en los países de Centroamérica. Washington ha reiterado que considera a China como una amenaza directa a la estabilidad democrática en el hemisferio.
Tras conocerse la decisión, el congresista estadounidense Carlos Giménez reaccionó con dureza y lanzó fuertes críticas contra el gobierno de Honduras.
“Si están con China Comunista, están en contra de Estados Unidos y la democracia. Jamás podrán volver a entrar a USA”, expresó en un mensaje público.
El legislador, de origen cubano, calificó como “esbirros, lacayos y cómplices” a quienes respalden la política exterior de la presidenta hondureña Xiomara Castro y del régimen de Daniel Ortega en Nicaragua, a quienes señaló de alinearse con intereses contrarios a los de Estados Unidos.
Con estas medidas, Washington deja en evidencia su creciente preocupación por los acercamientos de gobiernos centroamericanos hacia Pekín, advirtiendo que cualquier intento de estrechar lazos con China podría tener repercusiones directas en las relaciones bilaterales y en la movilidad de líderes y funcionarios de la región.