La Declaración de Catacamas y la conformación de la Red de Mujeres en Sistemas Alimentarios —una plataforma de articulación para incidir en la defensa de derechos y visibilizar el papel protagónico de las mujeres rurales en la economía agrícola del país— son parte de los relevantes logros del Primer Congreso de Mujeres en Sistemas Alimentarios.
Reunidas durante dos días en Catacamas, Olancho, en un encuentro apoyado por Heifer Internacional, más de 140 mujeres rurales, del sector ganadero, la apicultura, el café, el cacao y otros rubros económicos estratégicos, alzaron su voz para demandar acciones concretas que garanticen su participación justa e igualitaria en todas las etapas de la producción, comercialización y toma de decisiones en el ámbito rural.

Las mujeres rurales buscan fortalecer su liderazgo y sembrar un camino de autonomía, resiliencia e incidencia para transformar los sistemas alimentarios de Honduras y asegurar su participación justa e igualitaria en la economía agrícola del país.
Reconocieron que su empoderamiento económico es clave para transformar comunidades y garantizar la seguridad alimentaria. Sin embargo, recalcaron que persisten desafíos históricos, como la limitada tenencia de la tierra —que solo alcanza al 14 % de las mujeres—, el escaso acceso a crédito, la asistencia técnica y la comercialización, además de la vulnerabilidad frente al cambio climático y la ausencia de políticas públicas con enfoque de género.
Ante esta realidad, asumieron compromisos estratégicos, entre ellos: fortalecer capacidades en liderazgo, gestión empresarial y comercialización con equidad; incidir en políticas públicas para garantizar derechos económicos y sociales; exigir acceso equitativo a la tierra, al financiamiento y a la tecnología; visibilizar y fortalecer el liderazgo de las mujeres en todas las cadenas productivas, e intercambiar experiencias y conocimientos para construir alianzas que trasciendan territorios y sectores.
También llamaron al Estado, al sector privado y a los organismos de cooperación a garantizar programas de formación técnica, incentivos para la participación de la juventud rural, simplificación de trámites para la formalización de empresas lideradas por mujeres, espacios de decisión para mujeres rurales y acciones concretas para erradicar el analfabetismo en el campo.
El encuentro concluyó con un llamado a continuar fortaleciendo alianzas estratégicas, promoviendo equipos de trabajo para la acción conjunta e involucrando a todas y todos en la transformación de los sistemas alimentarios de Honduras.
Con su lema “Cuando las mujeres lideran, la tierra florece”, las participantes del I Congreso aseguraron que, a partir de esta experiencia organizativa realizada en Catacamas, Olancho, inician una nueva etapa de esperanza, participación y organización para garantizar la inclusión real de las mujeres en el desarrollo del país.