La llegada a Honduras de 793 toneladas de nitrato de amonio poroso ha despertado preocupación en distintos sectores debido al carácter altamente explosivo del químico y al inusual volumen importado por las Fuerzas Armadas. La carga ingresó al país en 36 contenedores transportados por el buque Cena Faith, según registros de la Marina Mercante.
Aunque este compuesto se utiliza comúnmente como fertilizante, su potencial explosivo cuando se mezcla con combustibles lo convierte en una sustancia de alto riesgo. Expertos en química han advertido sobre los peligros de su manejo, mientras que el costo del lote, calculado en unos 400 lempiras por kilo, representa una adquisición superior a los 317 millones de lempiras.
La operación ha generado dudas incluso dentro del entorno militar, dado que no se había recibido antes una cantidad de este nivel. El cargamento fue recibido por La Armería, entidad encargada de su gestión, custodia y distribución, que forma parte del aparato logístico de las Fuerzas Armadas de Honduras.
De acuerdo con la información oficial, el producto será utilizado únicamente para atender requerimientos de la industria nacional. Empresas como cementeras, constructoras o represas hacen sus solicitudes de este químico a través de La Armería, que es la única autorizada para suministrarlo en el país como parte de su función de intermediación y control.
Con esta importación, Honduras mantiene en su territorio una de las mayores reservas recientes de nitrato de amonio poroso, cuyo uso, distribución y control quedan bajo la responsabilidad directa de las Fuerzas Armadas. La magnitud del cargamento y el manejo exclusivo por parte del estamento militar han generado inquietudes sobre la necesidad de garantizar mayor transparencia y supervisión civil en el uso de este tipo de materiales de alto riesgo.