Por: Edgardo Mejía
La segunda semana de agosto dejó a Honduras en el centro de la atención internacional, tras la renuncia del vicecanciller hondureño. La decisión se produjo luego de que la presidenta de la República se pronunciara a favor del cuestionado mandatario de Venezuela, lo que generó repercusiones inmediatas en la política exterior del país.
El hecho ocurre en un contexto de gran presión para Honduras, que no solo enfrenta desafíos en las estructuras internacionales de gobierno, sino que también debe demostrar firmeza en la lucha contra el narcotráfico. Esto, luego de que la fiscal general de Estados Unidos, Pam Bondi, señalara presuntos pagos de Venezuela a países centroamericanos para facilitar el tráfico de drogas hacia territorio estadounidense.
Mientras tanto, en un ambiente más constructivo, Guatemala y México estrecharon lazos en materia de seguridad fronteriza y migración. En una reunión bilateral, los presidentes Bernardo Arévalo y Claudia Sheinbaum acordaron fortalecer la cooperación frente a los retos compartidos de migración y criminalidad organizada.
En paralelo, Colombia solicitó a Nicaragua la extradición de Carlos Ramón González, prófugo que se mantiene en ese país. La gestión fue impulsada por el ministro de Justicia, Eduardo Montealegre, como parte de los compromisos regionales en la lucha contra el delito transnacional.
La influencia de Venezuela en la región también se hizo sentir en Costa Rica. Vianey Mora Vega, asesora legislativa y actual candidata a diputada por el Frente Amplio, reconoció haber viajado en julio de 2024 a Venezuela como observadora del proceso de reelección de Nicolás Maduro, con gastos cubiertos por el gobierno venezolano, cuyo sistema político ha sido duramente cuestionado.
Finalmente, Panamá proyectó una visión distinta, apostando al fortalecimiento económico. El Gobierno, en conjunto con la Asamblea Nacional, lanzó la Gira Nacional del Diálogo Productivo, con el fin de informar sobre el acuerdo marco complementario con el Mercado Común del Sur (Mercosur), consolidando así una agenda centrada en intereses nacionales y de desarrollo productivo.