Por: Pedro Quiel/ Bitacoras de Honduras
Los últimos años de existencia de la República Federal de Centroamérica fueron de crisis en diversos campos como los de la política y la economía. A esto debemos sumar la epidemia de cólera morbus a partir de 1837.

El cólera tiene como sus mayores aliados a las fuentes de agua contaminadas con heces humanas y la enfermedad se dispersa con mayor facilidad ante la ausencia de fuentes de agua potable. Sin embargo, los enemigos de Morazán idearon el rumor de que el cólera que los afligía era el resultado de un veneno vertido por el gobierno federal para enfermar a los pueblos.
El gobierno de Honduras debió luchar tanto con la enfermedad como con los rumores sobre su origen y para ello se apoyó en los curas de los pueblos, quienes desde el púlpito, a ellos les encomendó como se ve en esta nota del 5 se septiembre de 1837:

«Me sirvo dirigir circular a los ciudadanos curas, para que en la cátedra de la verdad hagan ver a los pueblos, que la epidemia del cólera morbus asiático, que toca ya en varios partes del estado, es la que ha[ce] veinte años recorre el globo de la tierra, y no como se hace creer por una criminal postura, envenenamiento que se ha hecho a las aguas y medicinas, cuya creencia puede producir funestos resultados, inmediatamente he librado las correspondientes circulares, encargando a los referidos curas su puntual cumplimiento»
Archivo Nacional de Honduras, Año 1837, Caja 3

