Las autoridades hondureñas han dado un golpe a la estructura criminal de la Mara Salvatrucha (MS-13) con la captura de Roberto Oyuela Matamoros, presunto autor intelectual del asesinato de Said Omar Lobo Bonilla, hijo del expresidente Porfirio “Pepe” Lobo Sosa. La detención se realizó en el marco de la operación “Escorpión”, ejecutada por la Dirección Policial de Investigaciones (DPI), según informó el ministro de Seguridad, Gustavo Sánchez.
El crimen ocurrió en julio de 2022 en el bulevar Morazán de Tegucigalpa, cuando un grupo de hombres armados atacó a Lobo Bonilla y a otros tres jóvenes en el estacionamiento de una discoteca. Los agresores, vestidos con indumentaria similar a la de la desaparecida Fuerza Nacional Antimaras y Pandillas (FNAMP), interceptaron a sus víctimas, las obligaron a descender de su vehículo y las ejecutaron con múltiples disparos.
Con la aprehensión de Oyuela Matamoros, las autoridades esperan esclarecer más detalles sobre la planificación del ataque. Hasta el momento, cuatro personas han sido procesadas por su participación en la masacre. Ever Ezequiel Espinoza Martínez recibió una condena de 96 años de prisión, mientras que Daniel Alejandro Almendárez enfrentará juicio oral y público en mayo de este año. Otros dos implicados, Norma Alicia García y Erick David Macías Rodríguez, fueron sentenciados a 12 años de prisión.
Sin embargo, el caso de Macías Rodríguez, alias “El Licenciado”, tomó un giro inesperado cuando fue asesinado dentro de la cárcel de máxima seguridad “El Pozo”, en Ilama, Santa Bárbara. Según el presidente de la junta interventora del Instituto Nacional Penitenciario (INP), Ramiro Muñoz, cuatro líderes de la MS-13 estarían implicados en su muerte.
La noche de la masacre
La noche del crimen, Said Lobo se encontraba junto a sus amigos José Salomón Vásquez Chávez, Norlan Enrique Rivera Rodríguez y Luis Armando Zelaya Rivera dentro de una camioneta estacionada frente a la discoteca. De manera repentina, un vehículo pick-up Volkswagen Amarok impactó contra otro automóvil, un Honda Civic, generando confusión en la zona.
Seis sujetos armados con fusiles y vestidos con ropa táctica descendieron del pick-up y, con amenazas, obligaron a los jóvenes a bajarse del vehículo. Los hicieron colocarse contra una pared y, sin darles oportunidad de reaccionar, abrieron fuego contra ellos en una escena de brutalidad extrema.
El asesinato de Said Lobo y sus amigos fue uno de los hechos más violentos de 2022, dejando en evidencia el poder de las estructuras criminales en el país. La reciente captura de Roberto Oyuela Matamoros podría significar un paso clave en la desarticulación de los responsables intelectuales de la masacre.
Las autoridades han asegurado que continuarán con las investigaciones para llevar ante la justicia a todos los involucrados en este crimen. Mientras tanto, el caso sigue siendo un recordatorio del nivel de violencia que persiste en Honduras y el reto que representa para las fuerzas de seguridad combatir las operaciones de pandillas como la MS-13.