Las autoridades hondureñas han confirmado un total de 863 casos de gusano barrenador desde que se declaró la alerta sanitaria en septiembre de 2024. En la última semana, entre el 2 y el 8 de marzo de 2025, se detectaron 95 nuevos contagios, según informó Rafael Rodríguez, director de Salud Animal del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (Senasa).
Los departamentos más afectados por esta plaga son Choluteca, con 220 casos, seguido de El Paraíso y Olancho, con 213 y 205 casos respectivamente. La enfermedad ha generado preocupación en el sector ganadero, ya que afecta principalmente al ganado, comprometiendo su salud y generando pérdidas económicas para los productores.
En febrero, el país registró el primer caso de gusano barrenador en un ser humano. Se trató de un hombre de 80 años, residente en Catacamas, Olancho, quien se contagió a través de una herida en el pie. Las muestras analizadas confirmaron la presencia de larvas de la mosca Cochliomyia hominivorax, responsable de la enfermedad. La miasis por gusano barrenador es una afección parasitaria en la que las larvas de esta mosca penetran en los tejidos, causando graves lesiones, pérdida de la función de órganos y, en casos extremos, la muerte.
Ante el avance de la plaga, el Gobierno de Honduras ha reforzado las medidas de control. Desde la Secretaría de Agricultura y Ganadería se han establecido cuarentenas en los puntos de entrada al país, además de intensificar la vigilancia epidemiológica en las zonas de riesgo. También se han fortalecido los controles en el movimiento de animales y se ha implementado un plan de educación sanitaria dirigido a los ganaderos para frenar la propagación del parásito.
Una de las estrategias clave ha sido la liberación aérea de moscas estériles, un método de control biológico que cuenta con el apoyo de Estados Unidos. Esta técnica busca reducir la reproducción del insecto transmisor y contener el brote.
Las autoridades han hecho un llamado a los ganaderos y a la población en general para que reporten cualquier caso sospechoso y refuercen las medidas de higiene y cuidado en los animales. La detección temprana y el control estricto de la enfermedad son fundamentales para evitar su propagación en Honduras.