Por: Edgardo Mejia
En un país como Honduras, donde la atención suele centrarse en flagelos como el narcotráfico, el tráfico de personas o de armas, la lucha contra el contrabando de mercaderías enfrenta serios desafíos para posicionarse como una prioridad nacional. Sin embargo, las pérdidas que genera al Estado y su impacto en la economía formal ameritan una reflexión profunda desde lo cultural, lo educativo y lo empresarial.
Actualmente, se estima que el contrabando genera una evasión fiscal de aproximadamente 4 mil millones de lempiras anuales, una cifra alarmante si se considera cuántas escuelas, centros de salud y postas policiales podrían edificarse con ese presupuesto.
Compartimos una serie de recomendaciones dirigidas a empresarios, comerciantes y consumidores, con el objetivo de fomentar la competencia justa, fortalecer la seguridad económica y apoyar el desarrollo nacional.
Recomendaciones para prevenir y combatir el contrabando en Honduras
1. Formalización y cumplimiento legal
- Registrar debidamente el negocio ante la SAR y las autoridades municipales.
- Cumplir con todos los requisitos tributarios y aduaneros para evitar vínculos con actividades ilícitas.
- Conservar facturas y documentación de origen de los productos como respaldo ante inspecciones.
2. Verificación de proveedores
- Comprar exclusivamente a proveedores legalmente establecidos y verificados.
- Solicitar siempre la factura legal y la guía de origen de los productos adquiridos.
- Desconfiar de proveedores que ofrezcan precios notablemente bajos sin justificación transparente.
3. Colaboración con las autoridades
- Denunciar cualquier actividad sospechosa de contrabando ante la Fiscalía contra el Crimen Organizado o la Policía Nacional.
- Cooperar con los operativos de control y fiscalización, brindando información útil para desarticular redes de contrabando.
Combatir el contrabando no es solo responsabilidad del Estado. Cada empresario que factura correctamente, cada ciudadano que exige una factura, y cada comerciante que rechaza ofertas dudosas, contribuye directamente al fortalecimiento del país.
La evasión fiscal no es solo un número: es la escuela que no se construyó, el hospital que no se equipó, y la seguridad que se debilitó. Revertir esa realidad está en manos de todos.