Por Edgardo Mejía
La primera semana de agosto dejó en evidencia la intensa actividad diplomática y política exterior en la región centroamericana, marcada por acontecimientos que proyectaron a algunos países y encendieron las alarmas en otros.
En Panamá, la embajadora ante la Organización de los Estados Americanos (OEA), Ana Irene Delgado, fue electa por aclamación, el miércoles 6 de agosto, como presidenta de la Comisión de Seguridad Hemisférica. Este órgano es clave en la cooperación regional en materia de defensa y lucha contra el crimen transnacional, lo que reafirma el papel de Panamá como referente en el continente.
Costa Rica también fue testigo de la proyección panameña. El país canalero destacó en los esfuerzos de apoyo y colaboración tras un incendio de grandes proporciones en la zona fronteriza de Coto Brus, lo que reafirmó su compromiso con la protección ambiental y la cooperación regional.
En contraste, la región también enfrentó tensiones. Un comunicado en la red social X, emitido por la Oficina del Secretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, denunció que en Nicaragua se ejecuta una confiscación masiva bajo la recién aprobada Ley de Territorio Fronterizo, encendiendo las alarmas diplomáticas.
El mayor acontecimiento de política exterior en Centroamérica tuvo como protagonista a Honduras. La presidenta Xiomara Castro manifestó su respaldo al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y rechazó las acusaciones formuladas por Estados Unidos, que recientemente duplicó a 50 millones de dólares la recompensa por información que conduzca a su captura. Washington lo acusa de liderar el denominado Cártel de los Soles, una presunta estructura narcoterrorista.
Mientras Honduras toma distancia de los intereses de Estados Unidos, El Salvador continúa siendo epicentro de la política migratoria norteamericana. Según datos de ICE Air recopilados por Witness At The Border, las deportaciones aéreas desde Estados Unidos hacia El Salvador alcanzaron en julio un total de 22 vuelos, la misma cifra que en junio. Esto representa el número más alto desde agosto de 2022 y un incremento del 55 % respecto al promedio de los seis meses previos, así como un 83 % más que en julio de 2024.
En Guatemala, el ministro de Gobernación, Francisco Jiménez, aseguró que la advertencia del presidente estadounidense Donald Trump sobre un eventual ataque del Pentágono a cárteles del narcotráfico no alterará la estrategia de seguridad nacional. Jiménez afirmó que el país continuará, de manera autónoma, sus acciones contra el crimen organizado, sin que esto implique un aumento de capturas.
La primera semana de agosto confirma que la geopolítica centroamericana sigue marcada por un delicado equilibrio entre proyección internacional, cooperación regional y tensiones con potencias externas, en un contexto donde las decisiones de terceros países repercuten directamente en el istmo.