El embajador iraní ante las Naciones Unidas, Amir Saíd Iravani, denunció recientemente que Estados Unidos fue “sin duda alguna” cómplice directo de los bombardeos perpetrados por Israel, al suministrar el armamento utilizado en dichos ataques.
Durante su intervención, Iravani calificó los hechos como “criminales y bárbaros”, afirmando que han cobrado la vida de al menos 78 personas, incluidos altos mandos militares y científicos nucleares, además de dejar más de 320 heridos, en su mayoría civiles, mujeres y niños.
“El pueblo iraní murió por armas made in USA. Nunca lo olvidaremos”, declaró el diplomático, responsabilizando a Washington no solo de la logística del ataque, sino también de su respaldo político y militar a Israel, al que tildó de “régimen invasor y criminal”.
Iravani subrayó que estos hechos forman parte de una cadena de “acciones ilegales e impunes” amparadas por potencias occidentales.
Advirtió que los países que apoyan a Tel Aviv, especialmente Estados Unidos, deben asumir la corresponsabilidad de las consecuencias, al tiempo que llamó a la comunidad internacional a actuar con firmeza contra el “régimen sionista” por atentar contra la paz global.
La declaración iraní eleva la tensión diplomática en medio de un conflicto creciente en Medio Oriente y vuelve a poner en el foco el papel de las potencias en la prolongación del enfrentamiento entre Irán e Israel.