Honduras, con su geografía montañosa y condiciones climáticas variables, ha sido escenario de varios accidentes aéreos que han dejado una profunda huella en la memoria colectiva del país. Estos incidentes no solo han cobrado vidas humanas, sino que también han puesto en tela de juicio la seguridad y las infraestructuras aeronáuticas nacionales. A continuación, presentamos algunos de los accidentes más significativos en la historia de la aviación hondureña.
Accidente del vuelo 414 de TAN-SAHSA (1989): la peor tragedia aérea en Honduras
El 21 de octubre de 1989, el vuelo 414 de la aerolínea hondureña TAN-SAHSA, operado por un Boeing 727-200, se estrelló en el Cerro de Hula, cerca de Tegucigalpa, mientras intentaba aterrizar en el aeropuerto de Toncontín. La aeronave, que provenía de San José, Costa Rica, transportaba a 146 personas, de las cuales 127 perdieron la vida, convirtiéndose en el accidente aéreo más mortífero en la historia de Honduras.
Las investigaciones revelaron que el accidente se debió a un error de la tripulación al realizar una aproximación no autorizada y descender por debajo de la altitud mínima segura en una zona montañosa. Este trágico evento puso de manifiesto las dificultades operativas del aeropuerto de Toncontín, conocido por su corta pista y su ubicación en una zona rodeada de montañas, lo que lo convierte en uno de los aeropuertos más desafiantes para los pilotos.

Accidente del vuelo 390 de TACA (2008): un aterrizaje fallido en condiciones adversas
El 30 de mayo de 2008, el vuelo 390 de TACA, un Airbus A320 que cubría la ruta San Salvador-Tegucigalpa, se salió de la pista al aterrizar en el aeropuerto de Toncontín bajo condiciones meteorológicas adversas. La aeronave no logró detenerse dentro de los límites de la pista, atravesó una carretera y colisionó con un terraplén, resultando en la muerte de cinco personas y múltiples heridos.
Este accidente reavivó el debate sobre la seguridad del aeropuerto de Toncontín y llevó a las autoridades a considerar la posibilidad de trasladar las operaciones de vuelos internacionales al aeropuerto de Palmerola, que cuenta con una pista más larga y condiciones más favorables para la operación de aeronaves de mayor tamaño.

Accidente de Central American Airways (2011): tragedia en Las Mesitas
El 14 de febrero de 2011, un avión Let L-410UVP-E20 de la aerolínea Central American Airways, que realizaba un vuelo doméstico entre San Pedro Sula y Tegucigalpa, se estrelló en la zona de Las Mesitas durante su aproximación al aeropuerto de Toncontín. Las 14 personas a bordo, incluidos los dos pilotos y 12 pasajeros, fallecieron en el accidente.
Las condiciones meteorológicas adversas, con baja visibilidad y nubosidad densa, fueron señaladas como factores contribuyentes al accidente. Este evento resaltó nuevamente los desafíos que presentan las aproximaciones al aeropuerto de Toncontín y la necesidad de mejorar las ayudas a la navegación y los procedimientos operativos en condiciones climáticas difíciles.

Accidente en Roatán (2019): tragedia en el Caribe hondureño
El 18 de mayo de 2019, una avioneta Piper PA-32, matrícula HR-ARK, operada por la empresa Carson Air, se precipitó al mar poco después de despegar del aeropuerto Juan Manuel Gálvez en la isla de Roatán, con destino a Trujillo, Colón. El accidente resultó en la muerte de las cinco personas a bordo, incluyendo al piloto hondureño y cuatro pasajeros canadienses.
Las investigaciones preliminares sugirieron una posible falla mecánica como causa del accidente. Este incidente subrayó la importancia de mantener estrictos controles de mantenimiento y operación en las aeronaves que operan en rutas turísticas dentro del país.

Accidente de Lanhsa Airlines (2025): una pérdida irreparable
El 17 de marzo de 2025, un avión Jetstream 41 de la aerolínea hondureña Lanhsa Airlines se estrelló en el mar Caribe poco después de despegar de la isla de Roatán con destino a La Ceiba. La aeronave transportaba a 17 personas, de las cuales 12 fallecieron, incluyendo al reconocido músico hondureño Aurelio Martínez, destacado exponente de la cultura garífuna.
Según informes preliminares, el avión sufrió una aparente falla mecánica poco después del despegue, lo que llevó a una pérdida de control y posterior impacto en el mar, aproximadamente a un kilómetro de la costa. Los equipos de rescate enfrentaron condiciones adversas, como rocas y baja visibilidad, lo que dificultó las labores de salvamento.

Estos trágicos accidentes aéreos han puesto de manifiesto la necesidad urgente de mejorar las infraestructuras aeroportuarias, reforzar los protocolos de seguridad y garantizar el mantenimiento adecuado de las aeronaves en Honduras. La geografía desafiante del país y las condiciones climáticas variables requieren una atención constante y medidas proactivas para minimizar los riesgos asociados a la aviación.
La implementación de tecnologías avanzadas de navegación, la capacitación continua de las tripulaciones y el fortalecimiento de las regulaciones aeronáuticas son pasos esenciales para evitar que tragedias como estas se repitan en el futuro.