Las controversias y denuncias que rodearon las elecciones primarias del pasado domingo siguen generando fuertes reclamos en diferentes sectores del país. Entre las voces más destacadas que piden la salida de los miembros del Consejo Nacional Electoral (CNE) están el ex presidenciable de Libre, Rasel Tomé; el rector de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Odir Fernández; y el exsecretario de Transparencia, Edmundo Orellana.
Tomé, quien fue el único contendiente en las primarias por la candidatura presidencial de Libre frente a la ministra de Defensa, Rixi Moncada, cuestionó seriamente la validez del proceso. Tras señalar irregularidades, como el hecho de que las maletas electorales recorrieran durante horas sin la debida custodia, exigió la renuncia del pleno del CNE.
«¿A quién querían beneficiar?», se preguntó, al tiempo que insistió en la dimisión de los consejeros, asegurando que los resultados de las elecciones presentan serios problemas de legalidad.
Por su parte, Odir Fernández, rector de la UNAH, también se sumó a las demandas de renuncia, argumentando que el CNE es corresponsable de los fallos que marcaron el proceso.
«Exigimos, como mínimo, su renuncia», declaró, destacando que el órgano electoral era responsable del proceso y que hubo múltiples omisiones que no pueden pasarse por alto.Además, solicitó al Congreso Nacional que se enfoque en los asuntos pertinentes, dejando a un lado los intereses políticos, y que proceda a interpelar a los responsables.
En un tono similar, Edmundo Orellana, exsecretario de Transparencia, también demandó la renuncia de los funcionarios del CNE, afirmando que los errores cometidos durante las elecciones primarias han minado la confianza de la ciudadanía.
“Estos funcionarios deben renunciar de oficio”, dijo, subrayando que tanto las Fuerzas Armadas como el CNE tienen responsabilidad en los incidentes ocurridos durante el proceso electoral.
El ambiente de desconfianza generado por las fallas en el proceso electoral, que incluyó retrasos en la entrega de materiales y la apertura tardía de algunos centros de votación, ha llevado a una creciente presión sobre los responsables.
Con las elecciones generales a menos de un año, las voces críticas exigen que el CNE se haga a un lado para que el proceso electoral del país se lleve a cabo con transparencia y confianza.
En este contexto, la salida de los consejeros del CNE parece ser una exigencia respaldada por una amplia gama de sectores de la sociedad, que ven en la renuncia de estos funcionarios una medida necesaria para restaurar la credibilidad en las instituciones encargadas de garantizar los procesos electorales en Honduras.