Un nuevo video ha salido a la luz y confirma lo que ya sabíamos, lo denunciado en múltiples ocasiones: el uso indebido de fondos públicos para fines proselitistas no es algo exclusivo de administraciones pasadas.
Una vez más, la presidenta Xiomara Castro se desvincula de los escándalos de su partido, prometiendo «mano dura» contra los responsables, señalando esta vez a su ministro de Desarrollo Social (SEDESOL), José Carlos Cardona, junto a la diputada oficialista Isis Cuéllar.
Tal como ocurrió en el caso de narcopolítica que involucró al cuñado de Castro, el material audiovisual que circula esta semana es claro y contundente. Aunque los implicados intenten negar, justificar o distorsionar los hechos, las imágenes y el audio hablan por sí solos.
La conversación grabada entre Cardona y Cuéllar revela sin tapujos cómo desde la SEDESOL se desvían recursos para financiar campañas electorales. En la grabación, los protagonistas discuten, casi a manera de anécdota, el destino de al menos cinco millones de lempiras y las maniobras utilizadas para drenarlos hacia el Partido Libertad y Refundación (Libre).
La naturalidad con la que ambos hablan sugiere que este acto no es aislado, sino parte de una práctica más amplia y sistemática. «Yo sé la estrategia que vos manejás con los cheques», le dice Cardona a Cuéllar, celebrando la supuesta «astucia» con la que la congresista desvía recursos públicos para fortalecer a su partido.
Las declaraciones posteriores de Cardona son casi tan cínicas como lo que se escucha en la grabación. Al ser cuestionado, el ministro afirmó: «Es un acto desleal (haber difundido el material audiovisual), no dimensionaron el daño que iba a causar». Al hablar, su voz se quiebra, tal vez consciente o resignado que al no apellidarse Zelaya, su carrera política probablemente está al borde del abismo. Al menos debería estarlo y ser investigado de oficio.
Con un presupuesto de 855 millones de lempiras, la SEDESOL es la principal institución encargada de combatir la pobreza. Ahora tenemos más certezas que dudas sobre el uso de sus recursos. «Yo te dije, voy a hacer cheques de cien mil lempiras, los cambia gente de mi confianza y se lo entregamos al partido», detalla Cuéllar en la grabación. Un mecanismo tan desfachatado como escandaloso.
La conversación también revela cómo Cardona se burla de Lilian Montúfar, candidata de Libre por la alcaldía de Nueva Arcadia, a quien califica de «estúpida» por no aceptar los cheques que gestionaba junto a Cuéllar. Este acto, aparentemente honesto por parte de Montúfar, es repudiado por el ministro. El mundo al revés.
Carlos Cardona, más que un simple ministro, ha sido uno de los funcionarios más leales al movimiento político de los Zelaya. Más que fiel es un agradecido. En pocos años, pasó de ser un empleado de bajo rango en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) a administrar una de las secretarías más poderosas del gobierno. Su esposa, Clara López, también vivió un repunte similar, cuando en las pasadas elecciones primarias, pasó de ser una desconocida a convertirse en la tercera candidata más votada de Libre en el departamento de Francisco Morazán. ¿Cuánta ayuda habrá recibido desde SEDESOL?
Conociendo nuestra clase política, no es sorpresa que esta secretaría, con su enorme presupuesto, se use como instrumento para financiar partidos. Siempre ha sido así. En este caso, la grabación involucra las campañas políticas en Copán, uno de los departamentos con la menor carga electoral del país. Basta imaginar cuánto se ha drenado en regiones más relevantes en electorado.
Si se investigara a profundidad, algo que no ocurrirá porque todas las instituciones de investigación están bajo el mando de Libre, el caso seguramente revelaría redes mucho más amplias y complejas, donde seguramente desfilarían oenegés fantasmas, otras instituciones públicas, empresas privadas, narcotraficantes, iglesias y a demás organizaciones.
Veremos cuánto afectará a la imagen de Libre en las elecciones de noviembre. Por el momento, parece que Cardona y Cuéllar serán sacrificados para limpiar la cara del gobierno y el partido. La presidenta Castro y la candidata presidencial Rixi Moncada aseguran no haber estado al tanto de los hechos. Como en todos los otros escándalos, alegar «demencia» sigue siendo la estrategia más utilizada.
Este caso estalla justo después de que el gobierno firmara otra extensión con la ONU para negociar la instalación de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Honduras (CICIH). Así, la grabación expone las verdaderas razones del oficialismo para boicotear la posible llegada de esta misión internacional. Evidentemente no les conviene compartir el control del sistema de investigación.
«Soy un servidor público de la presidenta y a ella me debo», dijo Cardona al poner su cargo a disposición. En este punto, no miente. Ha sido leal a los Zelaya y a los intereses de su partido. Lo que ignoró es que, como funcionario, su deber es con el pueblo hondureño, no con los intereses particulares de un grupo político. Su caso no solo pone en entredicho su integridad, sino también la credibilidad de un gobierno que prometió transparencia y justicia social.
