Continuamos nuestro recorrido cinematográfico por Latinoamérica. En estas semanas, nos hemos enfocado en las diversas historias que derivan de un país tan significativo como Chile. Hoy analizamos una película con un poderoso mensaje social: la gran y controversial Machuca.
Machuca es una película ambientada en Santiago de Chile en 1973. Gonzalo Infante (Matías Quer) es un niño de 11 años, miembro de una familia de clase alta, mientras que Pedro Machuca (Ariel Mateluna) vive en un barrio marginado. A pesar de sus diferencias, ambos niños logran congeniar y entablar una amistad cuando se conocen en el colegio Saint Patrick.
El aclamado director Andrés Wood se encargó de incluir diversos detalles que retratan la alarmante situación del Golpe de Estado ocurrido en Chile ese mismo año.
Se aprecian pintadas en paredes, anuncios en periódicos, carteles en comercios donde se indica la escasez de alimentos como carne, huevos y harina. Y no pueden faltar las marchas de una sociedad dividida: por un lado, quienes apoyan a Allende, llevando consigo carteles e imágenes del entonces presidente; por el otro, una clase alta afín a la política de derecha.
Gonzalo y Pedro

La diferencia de clase social entre Gonzalo y Pedro es bastante marcada: el barrio donde viven, la ropa y los zapatos de buena calidad que viste Gonzalo, la facilidad con la que compra caramelos en la tienda de la escuela, su característica bicicleta roja y los libros que recibe como regalos. Pese a ello, y a la situación política del país, ambos enfrentan incómodas y difíciles situaciones familiares: Pedro con su padre y Gonzalo con su madre.
La consecuencia de un nuevo programa que busca dar oportunidades a niños de escasos recursos es el choque de dos clases sociales.
Los nuevos estudiantes son discriminados y agredidos por algunos de sus compañeros. Una escena que lo evidencia es la de la piscina: los estudiantes de familias acomodadas tienen pantalones del mismo color, mientras que los otros solo usan su ropa interior y son objeto de burlas. La falta de uniforme los hace distintos y, por ende, no son bien recibidos.
La situación se vuelve compleja cuando el matón del colegio quiere que Gonzalo golpee a Pedro, pero él se niega y trata de evitar el enfrentamiento. Esta acción da paso a una amistad en la que también participa una tercera persona: Silvana, prima de Pedro, una niña huérfana de madre, con un carácter fuerte y transgresor. Por su condición de precariedad, tuvo que dejar los estudios para trabajar y sobrevivir junto a su padre.
Durante el desarrollo de la película, las interacciones entre Gonzalo, Pedro y Silvana permiten al primero conocer de primera mano la realidad de la sociedad chilena de ese entonces: el conflicto entre el Partido Nacional y la Unidad Popular.
En las manifestaciones de cada partido, los niños venden banderas y cigarrillos junto a Willy, el padre de Silvana.
En estos escenarios, Gonzalo escucha las consignas del Partido Nacional (“Allende, la patria no se vende”) y las de la Unidad Popular (“Allende, el pueblo te defiende”). En esta dualidad, el niño no logra tomar una postura clara, llegando al punto de admitir su condición privilegiada para poder salvarse de la violencia que irrumpe en la vida de sus amigos.
Andrés Wood
Wood emplea planos detalle, así como algunos primerísimos primeros planos. La fotografía se caracteriza por tonos poco cálidos y, en escenas al aire libre, se observan cielos nublados.
La película proyecta momentos de amistad entrañables y otros no tanto: peleas escolares, decepciones, una sociedad dividida en la que la clase alta se niega a mezclarse con la clase baja, y, por supuesto, violencia, ejercida por la fuerza militar encargada de derrocar al gobierno de Allende.
La coloración varía para representar las distintas situaciones sociales y económicas que viven los niños.
Andrés Wood se distingue por retratar la cultura chilena en diversas situaciones a través de sus películas. Además de Machuca, otras de sus obras populares son Historias de fútbol (1997) y La fiebre del loco (2001).
Con Machuca, obtuvo reconocimientos como el premio a la “Película más popular” en el Festival Internacional de Cine de Vancouver y el “Premio a la Mejor Película” en el Festival Internacional de Cine de Valdivia.
El director nos ofrece una lupa sobre la desigualdad económica que lamentablemente persiste hasta la actualidad. Lo hace a través de las condiciones y comportamientos de las familias de los niños. Aunque Machuca representa la historia chilena, también refleja la historia de Latinoamérica, donde los prejuicios recaen sobre las condiciones económicas de las personas, así como sobre sus posturas políticas.