Jonatan Rodríguez Rodríguez nació hace 37 años en Tegucigalpa. Tuvo lo que en Honduras se considera una infancia promedio: no llegó al mundo en cuna de oro. Desde muy pequeño, sus padres le inculcaron el amor por el estudio y la mentalidad de siempre salir adelante. Su curiosidad por el arte comenzó desde niño, cuando quedaba fascinado con los murales de Tegucigalpa. Lo que más le llamaba la atención, según él, era el realismo que lograban transmitir muchas de estas pinturas.

Leonardo da Vinci: la gran inspiración

El pintor italiano ha sido la mayor influencia en la carrera de Rodríguez, a quien considera el artista más completo de todos los tiempos.

«Yo comencé en esto de la pintura gracias a Leonardo da Vinci. Él me inspiró lo suficiente para aprender el arte de la pintura y plasmar mis sentimientos y hasta frustraciones en ella.»

En el colegio comenzó a hacer dibujos, y pronto sus conocidos lo animaron a buscar la manera de usar su talento para vivir. Decidió estudiar arte, aunque el camino no fue fácil debido a la falta de apoyo en Honduras.

Con una visión clara, continuó sus estudios universitarios hasta graduarse de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM), donde también obtuvo una maestría. Ya inmerso en el mundo del arte, logró plasmar su talento en varios murales dentro de la universidad. Sin embargo, Jonathan era consciente de la realidad del país: incluso aquellos con estudios avanzados enfrentan grandes dificultades.

El destino quiso que su talento llegara a oídos de los gerentes de un prestigioso hotel en la capital, quienes lo contactaron para darle su primer trabajo profesional como pintor. En ese hotel, se encargó de decorar paredes y marcos con su característico estilo realista, un trabajo que aún permanece en exhibición.

Un giro del destino

Cerca de sus treinta años, Jonathan consideró emigrar a Estados Unidos, una decisión que toman muchos jóvenes hondureños en busca de mejores oportunidades. Casi convencido de hacerlo, hizo una última llamada a un familiar radicado en el país norteamericano.

Trabajé dos años en un tecnicentro. No sé si todavía existe, pero en ese tiempo me dieron ganas de viajar a Estados Unidos porque aquí no se gana mucho, se trabajan muchas horas y no se consigue nada. Llamé a mi hermano y me dijo que allá todo estaba peor.»

Este pensamiento lo asaltó a pesar de que ya había ganado en cuatro ocasiones el premio Juventud Pintura Nacional en Honduras.

«El problema en Honduras es que no hay buenas oportunidades para el artista, ni una buena remuneración.»

Fue en ese contexto cuando escuchó sobre las becas de la Fundación Carolina, un programa que ayuda a quienes desean cursar estudios de doctorado o posgrado en el extranjero. Aplicó con escepticismo, sin imaginar hasta dónde lo llevaría esta oportunidad.

Al llegar a España, se enfrentó a un mundo nuevo, lleno de desafíos y sueños. A pesar de las dificultades, entre ellas la salud de su hija, quien padece atresia de vías biliares, logró abrirse camino. La universidad le permitió plasmar su arte, y fue ahí donde comenzó a alcanzar el éxito.

Reconocimiento en Europa

La Universidad de Castilla-La Mancha reconoció su esfuerzo y talento al otorgarle el premio Alumni 2024, designándolo como el mejor estudiante del año en la categoría cultural.

«El pasado 30 de enero fui condecorado con el premio Alumni 2024. Pasaré a una lista selecta de personas destacadas de la Universidad de Castilla-La Mancha. Considero que este logro puede servir de motivación para mis estudiantes y para todos los hondureños: somos capaces de cosas increíbles.»

Pintura: «La mirada de un pueblo», realizada por Jonathan Rodriguez

Su talento ha trascendido fronteras. Su pintura «La Mirada de un Pueblo», ubicado en Abanilla, Murcia, es reconocido a nivel internacional por artistas e influencers. Además, algunas de sus obras se encuentran en la galería de arte de Israel.

Actualmente, Jonatan trabaja en su primer libro, inspirado en su historia y la lucha de su hija contra su enfermedad. La obra incluirá un paralelismo bíblico.

El futuro del arte en el país

«El estudio es la clave. Nunca imaginé ganar premios en el extranjero, pero todo esto ha sido gracias a mi esfuerzo y dedicación. Si no hubiera estudiado, no estaríamos teniendo esta entrevista. Aconsejo a los niños a que no abandonen sus estudios y a que se enfoquen en lo que les gusta y en lo que son buenos.»

Según Rodríguez, Honduras está experimentando un crecimiento en el arte pictórico, aunque de manera lenta debido a la falta de apoyo y de espacios para exhibir las obras. Esto obliga a muchos artistas a emigrar en busca de reconocimiento, una realidad que, según él, no debería ser la norma.

En Honduras, el realismo sigue siendo el estilo de pintura más común, algo que, según Jonathan, podría estar arraigado en la cultura del país.

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