“Vivir del pasado” es una frase que, en el fútbol, suele tener una connotación negativa. Sin embargo, Honduras, un país apasionado por este deporte, parece aferrarse a sus antiguas glorias mientras enfrenta una de sus peores crisis futbolísticas.
Desde la fundación de la Liga Nacional hace más de 60 años, el fútbol ha sido parte esencial de la cultura hondureña. Cada fin de semana, los estadios se llenaban de aficionados vistiendo los colores de sus equipos, disfrutando del ambiente y la emoción del juego. Pero hoy, esa realidad ha cambiado.
Problemas económicos y bajo rendimiento

Los primeros meses de 2025 han estado marcados por problemas financieros en los clubes. Jeaustin Campos, técnico del Real España, reveló en conferencia de prensa que el retraso en los pagos afecta el rendimiento de sus jugadores. Esta situación no es nueva: en los últimos años, jugadores extranjeros han demandado a varios clubes por incumplimiento de contrato.
La falta de ingresos por taquilla, debido a la baja asistencia de aficionados, ha generado un ciclo vicioso que perjudica la competitividad de la Liga Nacional.
Espectáculos poco atractivos
El exseleccionado nacional Roger Rojas, con experiencia en distintas ligas centroamericanas, señala que el nivel de juego ha caído. Hay demasiadas interrupciones, pausas innecesarias y una pérdida de intensidad que aleja a los aficionados.
El fútbol hondureño se ha estancado. Se han mejorado las canchas, pero no hemos progresado en la dinámica del juego. Se reflejó en el último partido contra Bermudas: fue un juego lento, sin la agresividad y ataque que nos caracterizaba”
expresó Rojas.
El exjugador también destacó cómo Panamá ha impulsado su selección enviando futbolistas al extranjero, mientras que en Honduras cada vez hay menos jugadores en ligas internacionales.
Falta de promoción y accesibilidad
Otro factor que ha afectado la Liga es la falta de difusión. La transmisión de partidos ha pasado de la televisión abierta a servicios de pago, alejando aún más a la afición.
Muchos consideran que esto es una estrategia que ha reducido el acceso al fútbol en el interior del país, disminuyendo el interés por la Liga Nacional.
Violencia en los estadios
Durante años, los enfrentamientos entre barras han convertido los clásicos en eventos de alto riesgo. Ir a un Real España vs. Marathón o un Olimpia vs. Motagua se convirtió en un tema de supervivencia. Muchos jóvenes perdieron la vida en enfrentamientos dentro y fuera de los estadios, generando un temor que persiste.
Pérdida de identidad y ambición
Para el exjugador Ramón Enrique «Primi» Madariaga, la cultura futbolística ha cambiado.
Hemos perdido la cultura del juego y la ambición de sobresalir. Antes, cuando llegábamos a una cancha, íbamos directo al balón. Hoy, muchos jugadores no tienen esa mentalidad competitiva. En el fútbol mundial, hay nuevas estrategias y místicas que aquí no se han querido implementar”
afirmó.
¿Aún hay esperanza?
No todo es negativo. El pacto de paz entre las barras Ultra Fiel, Mega Barra y Furia Verde ha reducido los incidentes de violencia, permitiendo el regreso de familias a los estadios. Aunque la barra Revolucionarios no se unió al acuerdo, el balance general es positivo.
Los entrevistados coinciden en que todavía es posible rescatar la Liga Nacional, pero se necesita una reestructuración urgente para devolverle su prestigio y competitividad.
Latitud HN intentó entrevistar al presidente de la Liga Nacional, Jorge Herrera, pero no obtuvo respuesta.