El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, concluyó este miércoles su encuentro con los reyes Guillermo Alejandro y Máxima de los Países Bajos y se sumó a la cumbre de la OTAN en La Haya, en un contexto internacional marcado por la creciente tensión entre Washington y Teherán, tras los recientes ataques estadounidenses a instalaciones nucleares iraníes. Su llegada al país europeo, la tarde del martes, coincidió con un frágil alto al fuego entre Irán e Israel.
Trump aterrizó en el Aeropuerto de Ámsterdam a las 19:40 hora local (17:40 GMT) y se trasladó directamente al palacio Huis ten Bosch, donde fue recibido por los monarcas neerlandeses. Allí cenó, pasó la noche y compartió un desayuno con los reyes antes de dirigirse al World Forum, sede del encuentro de la Alianza Atlántica.
Se trata de su primera cumbre con la OTAN desde su reelección. En el pasado, el mandatario ha cuestionado abiertamente el compromiso financiero y militar de sus aliados europeos dentro de la organización, a quienes ha acusado de depender excesivamente de las garantías de seguridad estadounidenses. Los líderes europeos, conscientes de estas posturas, buscan enviar un mensaje de unidad y compromiso en esta cita, con la esperanza de que Trump no promueva el retiro de tropas ni recursos de Estados Unidos en el continente.
Trump ingresó al centro de congresos hacia las 09:50 hora local (07:50 GMT), pero a diferencia de otros jefes de Estado, lo hizo por una entrada especial diseñada exclusivamente para su delegación, sin ser visto por la prensa ni los demás asistentes.
Desde su red social Truth Social, compartió: “El día comienza en la hermosa Países Bajos. El Rey y la Reina son personas bellas y espectaculares. ¡Nuestra reunión durante el desayuno fue excelente! Ahora nos dirigimos a las importantes reuniones de la OTAN. ¡Estados Unidos estará muy bien representado!”.
Al término de la sesión principal de la cumbre, que se extiende por dos horas y media, está prevista una reunión bilateral entre Trump y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, la primera desde que ambos coincidieron en el funeral del papa Francisco a finales de abril en Italia.
La participación de Trump en esta cumbre marca un momento crucial para la estabilidad del bloque atlántico, mientras la comunidad internacional observa con cautela el impacto geopolítico de los recientes ataques en Medio Oriente. En medio de presiones, divisiones y llamados a la unidad, los aliados esperan que el liderazgo estadounidense mantenga su compromiso con la defensa colectiva, en un escenario internacional cada vez más impredecible.
