En medio de una jornada marcada por tensiones comerciales globales, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció una pausa temporal de 90 días a la mayoría de los aranceles recíprocos que su gobierno había impuesto recientemente. Sin embargo, China quedó excluida de esta tregua: los aranceles para el gigante asiático subirán de forma drástica al 125%.
El anuncio llega justo cuando varios países lanzaron represalias por las medidas comerciales de Washington. China, por su parte, respondió con un impuesto de entrada del 84% a productos estadounidenses. La Unión Europea anunció contramedidas por 23.000 millones de dólares, mientras que Canadá comenzó a aplicar aranceles del 25% a automóviles fabricados en EE. UU.
Trump explicó que la pausa se aplicará únicamente a aquellos países que no tomaron represalias. “Como estos países no respondieron de forma hostil, he autorizado una pausa de 90 días y he reducido los aranceles a un 10% durante este período”, escribió en redes sociales. Sin embargo, recalcó que China no forma parte de este grupo debido a su “actitud desleal” en el comercio bilateral.
Tras el anuncio, los mercados estadounidenses mostraron una fuerte reacción positiva. El índice S&P 500 subió más de un 6%, impulsado por las expectativas de negociación con aliados clave.
El secretario del Tesoro, aunque culpó a China de la escalada, evitó referirse a la situación como una “guerra comercial”. La Casa Blanca detalló que se mantendrán ciertos aranceles vigentes, como los aplicados al acero, aluminio y vehículos.
Contramedidas internacionales en marcha
Antes del anuncio de Trump, tanto China como la Unión Europea y Canadá habían comenzado a implementar sus propias respuestas comerciales:
China, aplicará desde el 10 de abril un arancel del 84% sobre múltiples productos estadounidenses. Asimismo, la Unión Europea activó una primera ronda de aranceles del 25% sobre bienes por un valor de 23.000 millones de dólares, incluyendo alimentos, electrodomésticos y vehículos recreativos. También, Canadá comenzó a gravar con un 25% ciertos automóviles fabricados en EE. UU., pese a ser su principal socio comercial en ese rubro.
Por ahora, la UE no ha respondido oficialmente a la “pausa” propuesta por Washington, aunque la Casa Blanca confirmó que, durante los próximos tres meses, se aplicará un arancel del 10% a las importaciones europeas.
Una estrategia de presión y negociación
Trump ha defendido los aranceles como una vía para revitalizar la industria estadounidense y corregir los desequilibrios provocados por décadas de comercio abierto. No obstante, la decisión de suspender temporalmente las tarifas para algunos países refleja una posible disposición a negociar individualmente con los socios que busquen reducir tensiones.
La situación, sin embargo, sigue siendo volátil, y los próximos pasos de China, Europa y Canadá serán clave para determinar si esta tregua arancelaria se traduce en un avance hacia un nuevo acuerdo comercial global o si es solo una breve pausa en una confrontación prolongada.