El presidente de Colombia, Gustavo Petro, cedió este domingo por la noche ante las exigencias de Donald Trump y aceptó recibir vuelos con deportados a cambio de que Estados Unidos no impusiera un arancel del 25% a las importaciones colombianas. El Gobierno colombiano había justificado su negativa a aceptar deportados argumentando que las condiciones de la deportación no garantizaban la dignidad de los retornados.
Según Washington, las sanciones económicas ya estaban redactadas y se mantendrían en reserva sin firmarse, siempre y cuando Colombia cumpliera con el acuerdo. El canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, fue el encargado de anunciar en Bogotá que la crisis había sido superada, con un tono mucho más diplomático que sus homólogos estadounidenses:
“Hemos superado el impasse con el Gobierno de los Estados Unidos”.
En las últimas semanas, Trump había advertido que impondría aranceles a varios países al asumir nuevamente el Despacho Oval de la Casa Blanca. Canadá, México, China y la Unión Europea recibieron con preocupación los anuncios del presidente estadounidense, quien inicia su segundo mandato.
Sin embargo, Colombia fue el primer país en verse afectado por una medida de este tipo. Este domingo, Trump ordenó un arancel del 25% sobre todos los productos colombianos y amenazó con elevarlo al 50% en el transcurso de una semana. Con esta decisión, el mandatario dejó en claro que cumpliría sus advertencias sin titubeos. No fue hasta última hora del día cuando se logró resolver el conflicto diplomático.
Trump reaccionó con dureza a la decisión del Gobierno colombiano de no permitir el aterrizaje en Bogotá de dos aviones militares que transportaban ciudadanos colombianos deportados. Petro justificó la medida señalando que no aceptaría retornados hasta que
Estados Unidos estableciera protocolos que garantizaran un trato digno y respetuoso a los migrantes.
La respuesta de Trump fue inmediata y contundente. Además de los aranceles, impuso restricciones bancarias y fiscales, así como la revocación de visados a funcionarios del Gobierno colombiano. Un comunicado posterior de la Casa Blanca indicó que las sanciones sobre las visas seguirían vigentes hasta que se concretara con éxito el primer vuelo de deportados de regreso a Colombia. Se espera que esto ocurra este lunes, ya que Petro enviará el avión presidencial para traer de vuelta a los ciudadanos que habían sido deportados ese mismo día.
El anuncio de los aranceles generó conmoción en el ámbito político y financiero colombiano. Sin embargo, durante una reunión de emergencia en la noche, los miembros del Gobierno expresaron confianza en que la crisis se resolvería pronto. “Esta crisis la superamos hoy”, aseguraron asesores cercanos al presidente.
Mientras tanto, Petro arremetió contra Trump e insinuó que el mandatario estadounidense intentaba desestabilizar su gobierno.
Colombia ha sido un socio estratégico de Estados Unidos en América Latina. Washington ha colaborado con distintos gobiernos colombianos en la lucha contra el narcotráfico y los grupos insurgentes, proporcionando una ayuda anual de aproximadamente 600 millones de dólares. No obstante, Petro ha sido crítico con lo que considera una actitud “servil” de sus antecesores hacia Washington.
En una visita a Nueva York durante la Asamblea General de la ONU en 2022, el presidente colombiano fue criticado por llegar tarde a un cóctel organizado por Joe Biden, perdiendo así la oportunidad de saludarlo, lo que fue interpretado como un desaire diplomático.