José Antonio Kast se convierte en el nuevo presidente de Chile tras imponerse en una elección que refleja un fuerte giro político hacia la derecha. Con más del 58 por ciento de los votos escrutados, Kast supera ampliamente a Jeannette Jara, candidata del centroizquierda, quien obtiene alrededor del 42 por ciento.
La campaña del conservador de 59 años, padre de nueve hijos, se centró en la seguridad ciudadana y la migración irregular, proponiendo medidas como la deportación de migrantes indocumentados y la construcción de una barrera en la frontera norte. Su discurso combina valores del catolicismo tradicional con políticas económicas neoliberales, evocando similitudes con la estrategia política del presidente estadounidense Donald Trump.
El triunfo de Kast marca un cambio radical respecto al gobierno saliente de Gabriel Boric y sitúa a Chile dentro de un contexto regional donde otros países, como Argentina y Bolivia, han mostrado recientes movimientos hacia la derecha. La elección ha sido interpretada como un rechazo a la administración actual y como una respuesta a la preocupación de los ciudadanos por el aumento de los delitos violentos.
En la capital, Santiago, los simpatizantes de Kast celebraron la victoria frente al centro de operaciones del candidato. Entre cánticos y banderas chilenas, los seguidores adquirían gorras con el lema “Make Chile Great Again”, reflejando la fuerte presencia del mensaje de su campaña en la población.
El resultado ha generado reacciones en la región. El presidente argentino Javier Milei celebró la elección en redes sociales, destacando la oportunidad de fortalecer la cooperación entre países con visiones políticas afines y promoviendo lo que denominó “la defensa de la libertad y la propiedad privada” en América Latina.
