La capital francesa se tiñó de rojo y estalló en celebraciones tras conocerse que Ousmane Dembélé, delantero del PSG, se llevó el codiciado Balón de Oro 2025. Los ultras del club no dudaron en tomar las calles cercanas al Teatro Chatelet, donde se realizó la gala, con bengalas, petardos y fuegos artificiales.
Desde antes del anuncio oficial, los seguidores del PSG mostraban su entusiasmo en las calles, coreando el nombre de Dembélé y anticipando lo que finalmente confirmó Ronaldinho en el escenario. La victoria del delantero francés, que dejó atrás a Lamine Yamal en la votación, generó un estallido de alegría que se extendió hasta altas horas de la noche.
La emoción no se limitó a los fanáticos. Durante la ceremonia, Dembélé mostró su lado más humano al derramar lágrimas de felicidad mientras recibía el reconocimiento como mejor jugador del mundo. Además, la gala destacó otros logros del PSG en la temporada pasada: Gianluigi Donnarumma fue premiado como mejor portero, Luis Enrique como mejor entrenador y el club fue reconocido como el mejor del año.
El ambiente festivo en París recordó los múltiples éxitos recientes del PSG: la Ligue 1, la Copa de Francia, la Supercopa y la ansiada Champions League, trofeos que consolidan al club como una de las potencias europeas del fútbol. La derrota del PSG ante el Marsella, jugada simultáneamente con la gala debido al aplazamiento por mal clima, pasó a un segundo plano frente a la celebración histórica.
El gesto deportivo de Lamine Yamal, quien felicitó calurosamente a Dembélé tras la entrega del Balón de Oro, también fue uno de los momentos destacados, mostrando respeto entre los grandes talentos del fútbol mundial.
La noche del lunes se convirtió en una verdadera fiesta para los seguidores del PSG, que demostraron que su pasión va más allá de los resultados de la cancha, celebrando un reconocimiento individual que simboliza el éxito colectivo del club.
