Catalogada como una película que, a pesar de haber sido un éxito en crítica y taquilla en su época, se convirtió en el filme que sepultó una carrera cinematográfica, y no por razones de calidad.
La dictadura perfecta se estrenó en 2014 y fue una fuerte crítica al gobierno de Enrique Peña Nieto y su relación con los medios de comunicación, además de las múltiples “cortinas de humo” con las que estos intentan encubrir crímenes políticos.
La cinta comienza con el presidente de la República Mexicana (interpretado por un actor con un notable parecido a Peña Nieto) recibiendo las cartas credenciales del embajador de Estados Unidos. En un momento, el mandatario hace un comentario racista sobre cómo “los mexicanos son mejores que los negros”. Un hecho que rápidamente se vuelve viral, dejando en ridículo al presidente y provocando una oleada de burlas y críticas.
Ante la crisis mediática, el presidente envía un mensaje a Televisión Mexicana (TV MX), una de las principales televisoras del país—una clara referencia a Televisa—para que desvíen la atención de su error. Así, TV MX transmite un video en el que se muestra al gobernador Carmelo Vargas—del mismo partido que el presidente—recibiendo dinero de un narcotraficante.
Para evitar que su imagen pública se vea perjudicada, el gobernador contrata los servicios de la televisora para limpiar su reputación. La estrategia utilizada es “la caja china”: encontrar una noticia lo suficientemente escandalosa para que el público olvide la corrupción del gobernador.
En este caso, la noticia elegida es el secuestro de dos gemelas desaparecidas en el patio de su casa. La televisora aprovecha el suceso para desviar la atención, exagerando y dilatando los hechos lo más posible.
Desde su anuncio, la película generó controversia, incluso desde su título. La expresión “Dictadura Perfecta” fue acuñada por Mario Vargas Llosa en 1990 para describir la larga hegemonía del PRI, el partido dominante en México.
El director Luis Estrada emprendió en 1999 un proyecto compuesto por cinco películas: La ley de Herodes (1999), Un mundo maravilloso (2006), El infierno (2010), La dictadura perfecta (2014) y ¡Que viva México! (2023). Cada uno de estos filmes utiliza la sátira para exponer los problemas de la política y la sociedad mexicana.
Más que recomendar La dictadura perfecta, vale la pena explorar toda la filmografía de Luis Estrada, quien se ha consolidado como uno de los mejores directores mexicanos contemporáneos.
