La directora del Observatorio Nacional de la Violencia del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (ONV-IUDPAS) de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Migdonia Ayestas, informó que Honduras acumula un total de 18 masacres en lo que va del año 2025, con un saldo de 64 personas asesinadas. Esta cifra representa un incremento de cuatro hechos y 15 víctimas más en comparación con el mismo periodo del año anterior, cuando se habían documentado 14 eventos de homicidio múltiple con 49 fallecidos.
Uno de los casos más recientes se reportó la mañana de este sábado en el municipio de Sabá, departamento de Colón, donde cuatro personas fueron encontradas ejecutadas a disparos a la altura del desvío de Paguales, en la carretera CA-13. Este hecho violento se suma a otro homicidio múltiple ocurrido previamente en la misma zona, convirtiendo a Colón en uno de los departamentos con mayor incidencia de este tipo de crímenes en lo que va del año.
Ayestas precisó que este aumento en los homicidios múltiples refleja una tendencia sostenida de violencia letal en el país, la cual sigue generando alarma en distintos sectores de la sociedad. Subrayó que del total de muertes violentas registradas en Honduras, el 90 % corresponde a hombres, mientras que el 10 % son mujeres. Sin embargo, advirtió que los asesinatos contra mujeres presentan características particulares de brutalidad, como en aquellos casos donde las víctimas han sido ultimadas frente a sus propios hijos.
Además, la especialista enfatizó que el crecimiento de estas cifras impacta directamente en la percepción de seguridad entre la población. A su juicio, la frecuencia y la crueldad de los homicidios afectan la tranquilidad ciudadana y limitan la realización de actividades cotidianas por temor a ser víctima de la violencia.
El Observatorio mantiene un monitoreo constante sobre la evolución de la criminalidad en el país, y los datos actuales refuerzan la preocupación sobre la falta de medidas efectivas para contener la violencia. La situación en departamentos como Colón evidencia la persistencia de escenarios de alto riesgo donde la población queda expuesta a hechos de extrema violencia sin una respuesta inmediata que frene la impunidad.