Durante el reciente Feriado Morazánico, Honduras registró siete feminicidios, más de uno por día de asueto, en un contexto donde miles de ciudadanos se desplazaron a playas, balnearios y otros destinos turísticos, incluso hacia El Salvador. La criminalidad, sin embargo, no hizo pausa.
El departamento de Olancho concentró la mayoría de los casos, con cinco mujeres asesinadas entre el 29 de septiembre y el 5 de octubre. Las otras víctimas fueron registradas en Yoro y Lempira, lo que refleja que la violencia contra las mujeres afecta a distintas regiones del país, sin importar la época del año.
Entre las víctimas se encuentran Melisa Beatriz Escobar (45), asesinada en su vivienda en Olancho, y Mercedes Banegas (78), quien fue acribillada mientras descansaba en su hamaca en Catacamas. En El Progreso, Yoro, Lourdes Vanesa González López (27) perdió la vida a manos de su pareja, un taxista que le disparó en un ataque de celos.
En Lempira, Dunia Rosibel Espinoza Alvarado fue encontrada muerta a orillas de la carretera CA-11 tras salir de un local nocturno en la comunidad de Catatao, mientras que en Patuca, Olancho, Anny Michelle Varela Vallecillo (20) fue ultimada con 12 disparos en una cantina. Por último, el sábado 4 de octubre, tres mujeres fueron acribilladas en un negocio tipo cantina en Catacamas, Olancho.
La defensora de derechos de las mujeres, Honorina Rodríguez, recordó que en Honduras se registra al menos un asesinato de mujer diario y que, hasta la fecha, unas 185 mujeres han sido asesinadas en lo que va del año. Rodríguez enfatizó que cada caso de feminicidio impacta profundamente a las familias, afectando a esposas, hijas y madres.
Los feminicidios se han convertido en una grave preocupación en el país, y la falta de medidas efectivas por parte de las autoridades políticas y policiales mantiene a las mujeres en una constante situación de vulnerabilidad, sin garantías de seguridad en sus hogares o en espacios públicos.