Alrededor de 130 hondureños retornaron en las últimas horas al aeropuerto Ramón Villeda Morales, procedentes de Houston, Texas. Este grupo fue recibido en el Centro de Atención al Migrante, donde se les brindó asistencia para su traslado a sus lugares de origen.
Entre los deportados, algunos relataron que fueron detenidos en estados como Kansas y Missouri y posteriormente deportados a San Pedro Sula. Según sus testimonios, la situación en Estados Unidos se ha tornado difícil, con redadas frecuentes en diversos lugares, desde centros de trabajo hasta iglesias.
Uno de los retornados compartió que fue detenido en una gasolinera y explicó que, desde el momento de su aprehensión, los detenidos son esposados y trasladados a un centro de reclusión en espera de su deportación.
Tras su llegada a San Pedro Sula, los migrantes fueron transportados en autobuses a la Gran Central Metropolitana, donde el Centro de Atención al Migrante les proporcionó boletos para continuar hacia sus comunidades de origen. Algunos permanecieron en el lugar en espera de sus familiares.
La intensificación de las medidas antiinmigrantes en Estados Unidos ha generado incertidumbre entre la comunidad migrante.
Según algunos testimonios, estas acciones se han recrudecido desde la primera semana de la administración de Donald Trump, y el temor a ser aprehendidos por la «migra» está presente en su día a día.
A pesar del miedo que generan estas redadas, algunos expresaron que consideran intentar nuevamente el peligroso viaje hacia el norte en busca de mejores oportunidades.
De acuerdo con estadísticas del Instituto Nacional de Migración de Honduras (INM), en los primeros 23 días del año fueron deportados 3,285 hondureños, un promedio diario de 143.
Esta nueva realidad para los migrantes representa un desafío para las autoridades hondureñas, que buscan brindar apoyo a los retornados mientras enfrentan un flujo constante de compatriotas que siguen emprendiendo el viaje hacia el sueño americano.