En el marco de la IV Conferencia Internacional de las Naciones Unidas sobre Financiación para el Desarrollo, la presidenta Xiomara Castro, alzó la voz en defensa de una reforma profunda al sistema financiero global. Durante su disertación la mandataria denunció las desigualdades estructurales que afectan a los países en desarrollo y pidió justicia financiera para los pueblos más vulnerables.
Durante su intervención, Castro subrayó la importancia de incorporar una perspectiva de igualdad en el acceso al crédito y enfatizó la necesidad de incluir un enfoque de género como parte integral de cualquier estrategia global de desarrollo.
“Es urgente que la arquitectura financiera internacional responda a las necesidades de los pueblos y no solo a los intereses de los grandes capitales”, afirmó ante el resto de las delegaciones.
La presidenta hondureña denunció las secuelas del modelo neoliberal en su país, mencionando la pobreza, la corrupción y la violencia como consecuencias directas de políticas impuestas por organismos multilaterales y la banca privada. En ese contexto, recordó que el expresidente Juan Orlando Hernández fue condenado a 40 años de prisión en Estados Unidos por vínculos con el narcotráfico.
Castro también criticó el régimen fiscal hondureño, donde, según afirmó, los grandes grupos económicos concentran el 80% del PIB, pero apenas contribuyen con el 0.03% en impuestos. Contrariamente, las micro, pequeñas y medianas empresas responsables del 80% del empleo nacional enfrentan enormes dificultades para acceder a financiamiento justo.
En su discurso, destacó los esfuerzos de su administración durante los últimos tres años y medio para revertir estas condiciones, incluyendo la eliminación de fideicomisos privados, la reactivación de la banca agrícola y la entrega de créditos accesibles a pequeños productores y proyectos de vivienda social.
Finalmente, la presidenta hizo un llamado urgente a los líderes mundiales para una transformación estructural del sistema financiero internacional.
“La deuda externa asfixia a nuestros pueblos. No podemos hablar de desarrollo mientras se mantenga este modelo injusto”, concluyó.