Por: Pedro Quiel/ Bitácoras de Honduras
En esta fotografía de Tegucigalpa podemos ver la actual iglesia de El Calvario y a un costado un cementerio, y es que desde el periodo colonial las iglesias figuraron como el espacio primordial para el descanso de restos morales. Sin embargo, esta noción de cementerios en el exterior de las iglesias fue una idea surgida a principios del siglo XIX como parte de un intento modernizar dichos espacios.
Como veremos en las imágenes que acompañan esta publicación, en algunos casos el fallecido estipulaba con anterioridad en su testamento, cual iglesia habría de albergar su cuerpo e incluso especificaciones sobre la vestimenta mortuoria. En otros casos, el religioso encargado de administrar los sacramentos incidía en esta decisión. Los ejemplos expuestos nos muestran como todas las iglesias del centro histórico conservan restos humanos.

En cuanto a la ubicación en que eran sepultados los cuerpos, aunque en la actualidad se conservan varias lápidas al interior de los recintos religiosos, terrenos como el atrio (patio abierto situado en la entrada de las iglesias) también conservan osamentas. Tal como lo han demostrado investigaciones arqueología histórica que realizó el Instituto Hondureño de Antropología e Historia para el caso de la catedral de Tegucigalpa.
Fuentes consultadas
Todos los fragmentos de documentos provienen del portal digital de Family Search que resguarda los microfilms de varios libros de defunciones de Honduras.