Por: Edgardo Mejía
La segunda semana de septiembre demostró que Guatemala cuenta con diplomáticos capacitados en negociación y comercio internacional. Tras reuniones clave en Washington, el país concluyó la etapa técnica de negociación de aranceles con la Oficina del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR). Los sectores exportadores esperan que, con la nueva orden ejecutiva de Donald Trump, se apruebe una excepción arancelaria para productos agrícolas guatemaltecos.
No todo fueron logros en la región. En El Salvador, más de 80 organizaciones internacionales con sede en Estados Unidos, América Latina y Europa firmaron una declaración conjunta en respaldo a las demandas del Movimiento de Víctimas del Régimen (MOVIR). Entre ellas, destacan la exigencia de detener los juicios masivos y liberar a personas detenidas de forma arbitraria.
En Nicaragua, el régimen Ortega-Murillo volvió a generar tensiones internacionales. Laureano Ortega, junto al nuevo tesorero general de la República, Carlos Selva, firmó convenios con China, confirmando su papel en la proyección futura del poder familiar. Paralelamente, el gobierno publicó el 12 de septiembre fotografías en prisión del médico Yerri Estrada, de nacionalidad costarricense y nicaragüense, detenido en agosto. Estados Unidos había exigido pruebas de vida y responsabilizó directamente a Ortega y Murillo por su desaparición.
Por su parte, Panamá reafirmó su liderazgo en cooperación internacional. Con apoyo de la Unión Europea, presentó un plan para la descarbonización marítima como parte de su Estrategia Marítima Nacional. El borrador estará listo en los próximos cinco meses y posiciona al país como un actor clave en la transición energética del transporte marítimo.
En suma, la segunda semana de septiembre evidenció pasos firmes en Centroamérica: avances diplomáticos, implicaciones para el comercio bilateral, retos en derechos humanos y un creciente posicionamiento geopolítico regional.
