Con una votación ajustada, la Cámara Baja de EE. UU. avaló un paquete legislativo que impone un tributo del 3.5% a las remesas enviadas por migrantes sin ciudadanía ni residencia permanente. La medida, si es aprobada en el Senado, podría comprometer varios millones de dólares que sostienen a familias en la región.
En una votación estrecha de 215 a 214 y tras una maratónica sesión de negociaciones, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el “One Big Beautiful Bill Act”, apodado así por Trump, que no es más que su plan económico para el país en el que busca modificar gran parte del escenario fiscal actual.
Se trata de un paquete legislativo de casi 900 páginas que combina recortes tributarios, restricciones sociales y medidas de seguridad fronteriza con un elemento que puede sacudir fuertemente a América Latina: la implementación de un impuesto del 3.5% sobre las remesas enviadas por inmigrantes sin ciudadanía o residencia permanente.
La versión original del proyecto proponía una tasa del 5%, pero fue modificada a última hora tras la presión de un grupo de republicanos de estados fronterizos preocupados por posibles repercusiones diplomáticas y electorales. Aun así, la tasa reducida no logró suavizar las críticas. “Este proyecto es un ataque frontal a las comunidades migrantes. Les quita acceso a salud y comida, y ahora también les cobra por ayudar a sus familias”, denunció el líder demócrata Hakeem Jeffries.
Es la primera vez en la historia moderna de Estados Unidos que se aprueba un gravamen de este tipo, y según expertos, su impacto promete ser profundo.
El Servicio de Impuestos Internos (IRS) deberá definir en un plazo de 90 días, tras la eventual promulgación, cómo se implementará la verificación de estatus migratorio al momento de enviar remesas, mientras las casas de cambio y plataformas digitales ya reportan un aumento significativo en las consultas sobre cómo evitar el nuevo tributo.
Según cálculos republicanos, el impuesto podría generar hasta 12,000 millones de dólares anuales, que serían destinados a financiar la construcción de 1,128 kilómetros de muro fronterizo y unos 448 kilómetros de barreras fluviales, un dinero que, si llega, cae como un alivio al alto déficit fiscal que sostiene la primera economía del mundo.
Impacto en Honduras
De aprobarse en su totalidad, el impuesto afectaría directamente a miles de familias en Honduras que dependen de las remesas como su principal fuente de ingreso.
Conforme a reportes dinámicos del Banco Central de Honduras (BCH), entre 2018 y 2024 los ingresos por remesas familiares procedentes de Estados Unidos ascendieron a 50,653.4 millones de dólares. Hasta el pasado 8 de mayo se habían registrado 3,808.1 millones de dólares en divisas provenientes de ese país.
La estimación de remesas familiares para este año es de 10,259.7 millones de dólares, según proyecciones del Programa Monetario 2025-2026 elaborado por el BCH. El 98.3% de esa cifra, equivalente a 10,008 millones de dólares, provendría de Estados Unidos, por lo que el impacto económico sería de 500.4 millones de dólares si el Senado estadounidense aprueba la medida arancelaria.