La incertidumbre se cierne sobre al menos 1,700 hondureños en Estados Unidos que están a la espera de ser deportados, según confirmó el canciller de la República, Eduardo Enrique Reina. De este grupo, 60 fueron detenidos en la frontera mientras intentaban ingresar al país norteamericano.
A pesar de los temores de expulsiones masivas, Reina aclaró que Honduras aún no ha recibido deportaciones a gran escala, como se ha rumoreado tras las declaraciones del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sobre medidas migratorias más estrictas. El Gobierno hondureño asegura que apuesta al diálogo con Washington y que, hasta el momento, no ha recibido ninguna comunicación oficial sobre deportaciones masivas.
Asimismo, Enrique Reina se refirió a las nuevas políticas migratorias de la administración Trump, destacando que han generado deportaciones masivas. En su intervención, subrayó los esfuerzos del Gobierno de Honduras para recibir a los connacionales retornados con respeto y dignidad.
“Nuestra propuesta inicial es el diálogo. Buscamos que las soluciones no sean excesivas ni vulneren los derechos ni la dignidad de nuestros ciudadanos. Eso es lo que estamos buscando”, declaró el canciller.
Medidas del Gobierno hondureño para atender a los deportados
Ante la posibilidad de un incremento en las deportaciones, la presidenta Xiomara Castro ha anunciado un conjunto de medidas destinadas a apoyar a los hondureños repatriados desde Estados Unidos. Estas incluyen un bono solidario para los retornados, apoyo económico directo para facilitar su reintegración, programas de empleo y capacitación, así como iniciativas para ayudarles a encontrar trabajo, entre otras acciones.
El presidente Trump ha reiterado su compromiso de endurecer las políticas migratorias, lo que ha generado inquietud en la comunidad migrante hondureña y en otros países de Centroamérica.
En el pasado, su gobierno impulsó medidas como la eliminación de permisos de permanencia temporal, el refuerzo del muro fronterizo y restricciones a programas como DACA. Ahora, las organizaciones pro migrantes en EE. UU. han comenzado a movilizarse para evitar una nueva ola de deportaciones que podría afectar a cientos de miles de personas.
Un llamado al diálogo y la cooperación internacional
El gobierno de Honduras, continúa buscando mecanismos de negociación con EE. UU. para garantizar que cualquier proceso de deportación se realice de manera ordenada y con respeto a los derechos humanos. Mientras tanto, sigue siendo un desafío para el país brindar oportunidades a los migrantes retornados y evitar que las condiciones de pobreza y violencia los obliguen a emprender nuevamente el peligroso camino hacia el norte.
La incertidumbre persiste, pero Honduras se prepara para lo que pueda venir, apostando por la diplomacia y la protección de sus ciudadanos dentro y fuera de sus fronteras.