El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha llevado a cabo en Florida la operación migratoria más grande registrada hasta ahora en un solo estado, con un total de 1.120 personas detenidas en el transcurso de una semana. La cifra, calificada como histórica por autoridades locales y federales, marca un hito en los operativos de la agencia a nivel nacional y refuerza la estrategia de endurecimiento migratorio impulsada por el gobierno estatal.
La redada, denominada “Marea Negra”, contó con la participación de al menos siete agencias locales de Florida, así como el respaldo de organismos federales como la DEA, el FBI y la ATF. ICE informó que la mayoría de los detenidos provienen de Guatemala (437), México (280), Honduras (153), Venezuela (48) y El Salvador (24), mientras que el resto corresponde a personas de otras nacionalidades. De los arrestados, un 63 % tenía antecedentes penales o condenas previas.
Durante una conferencia de prensa, la subdirectora de ICE, Madison Sheahan, confirmó la magnitud de los resultados y subrayó la relevancia del trabajo conjunto con las autoridades floridanas: “Este resultado marca la mayor cantidad de arrestos en un solo estado en una semana en toda la historia de ICE”. Además, agradeció el compromiso de las agencias locales y expresó su expectativa de que este tipo de cooperación sirva como modelo para otras jurisdicciones del país.
Asimismo, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, no tardó en atribuir el éxito del operativo al enfoque de su administración. “El éxito de la Operación Marea Negra es prueba de nuestro compromiso”, aseguró. DeSantis ha abogado por una participación más activa del estado en las políticas migratorias federales y ha propuesto al Departamento de Seguridad Interna (DHS) conceder a las autoridades estatales mayores competencias en procesos de deportación.
Entre sus propuestas más polémicas está la posibilidad de que miembros de la Guardia Nacional actúen como jueces migratorios para agilizar procedimientos. “Si se aprueba, nos lanzaremos a la acción. Y podremos abarcar todos los aspectos, desde la aprehensión hasta la detención”, declaró el mandatario.
Aunque las autoridades han calificado el operativo como un logro, el despliegue ha generado inquietudes en sectores defensores de los derechos humanos, que advierten sobre posibles violaciones al debido proceso y prácticas de perfilamiento racial.
El caso del ciudadano estadounidense Juan Carlos López Gómez, de 20 años, detenido por error bajo sospecha de ser indocumentado, ha despertado alarmas. Fue liberado solo después de que su madre presentara su certificado de nacimiento, lo que pone en duda los protocolos de verificación empleados durante los controles migratorios.
La operación Marea Negra consolida a Florida como el estado con mayor protagonismo en la agenda migratoria de línea dura, en consonancia con las políticas del presidente Donald Trump, cuya administración ha retomado el enfoque de mano firme en la frontera y en los controles internos. Sin embargo, el caso también deja sobre la mesa preguntas fundamentales sobre los límites del poder estatal, el respeto a las garantías constitucionales y el futuro de la política migratoria en Estados Unidos.