En un ambiente de alta tensión política, Salvador Nasralla, precandidato presidencial por el Partido Liberal, y Luis Redondo, presidente del Congreso Nacional y precandidato a diputado por el movimiento M28 del partido Libertad y Refundación (Libre), intercambiaron fuertes acusaciones que evidencian la ruptura definitiva entre los dos antiguos aliados políticos.
El conflicto se desató cuando Luis Redondo, en su discurso durante la presentación de las planillas de diputados por el Departamento de Cortés, tildó a Nasralla de “cobarde y traidor” por su decisión de retirarse tras las elecciones generales de 2017. “El líder que apoyamos en aquel entonces abandonó cobardemente al pueblo y traicionó su confianza”, afirmó Redondo.
Estas declaraciones no pasaron desapercibidas para Nasralla, quien respondió contundentemente: “Mal paga el diablo al que bien le sirve… Si el cardenal dijera algo malo de mí, me preocuparía; si una persona importante que no estuviera violando mujeres y no tuviera hijos desperdigados me preocuparía”, manifestó el líder opositor, haciendo alusión a Redondo.
Este enfrentamiento público evidencia la creciente rivalidad en el panorama político hondureño. Mientras Nasralla intenta consolidar su candidatura dentro del Partido Liberal y mantenerse como una figura clave de la oposición, Redondo busca fortalecer su posición en Libre y su alianza con el oficialismo encabezado por Xiomara Castro.
Analistas políticos advierten que este tipo de confrontaciones entre figuras de la oposición podrían fragmentar aún más los movimientos contrarios al actual gobierno, debilitando sus posibilidades en las próximas elecciones. Por ahora, el cruce de acusaciones entre Nasralla y Redondo no solo intensifica la temperatura política, sino que también pone de manifiesto los retos a los que ambos líderes se enfrentan en sus respectivas apuestas electorales.